viernes, 19 de octubre de 2007

Hoy: muppet invitada


Por La Colorada

Lo que leerán a continuación es el relato de nuestra columnista invitada. Desde San Pablo, especial para Muppets de Balcón.

Queridas muppets:

El viaje estuvo bueno. Fue una felicidad el poder salir de Bs. As. Y también el poder reencontrarme con mi parentela paulista. Mi breve estadía estuvo cronometrada y organizada cual workshop de congreso médico. Salvo que en mi caso, se trató de un tour antropológico-religioso, con altas dosis de ceremonias, kipás, trajes,sombreros y sobretodos negros, pelucas y hebreo pronunciado hasta la exageración.

Lo que más esperaba yo era la comida. Los desayunos brasucas de mi tía, los knishes...qué garcha, ¡pordió! La carne kosher es lo menos. ¿Nadie les dijo que el arenque con cebolla pero sin crema tiene menos gracia que renga bailando?


El casorio estuvo bueno, sobre todo para la ortodoxia, que se re divirtió. Los hombres tenían su fiesta en un salón y las mujeres en otro un piso más arriba, aunque se podía ver para abajo a través de un balcón. Pensar que mi tía se gastó un billete en mi peinado y mi maquillaje... para que no me viera ningún hombre, ni se me pudieran acercar. Así que el modeleé fue sólo pa´la foto.

Eso sí: nunca ví hombres tan fiesteros y tan bailarines. En ese sentido, ellos en los casamientos comunes son más aburridos, cuandotras el pogo inicial, se sientan a beber y hablar de fuchibol y nosotras a bailar entre nosotras, porque ellos el culo no lo levantanmás... En un punto, el pogo y las ronditas me parecieron una cosa tan de vestuario que no pude dejar de pensar que toda actividad sexista y mujerfóbica como esa era en el fondo de una homosexualidad encubierta galopante, cual griegos en la guerra y el gimnasio, los romanos en sus baños y los curas en toda su historia.
La música que pasaron fue toda en hebreo. Hebreo en todos los géneros habidos y por haber, además del típico para hacer pasitos y coreografías.
Allá, la "Mashiaj Mashaij Mashiaj" no es un furioso rock and roll, sino una melodía cuasi tropical, una mezcla de melódica con reggae y axé. Esa sí la bailé, pero me tenté como nunca.Ellas sí bailaban mucho, y había quienes se conocían todas las canciones y los bailes. Cantaban, bailaban y saltaban con tanta histeria y delirio como siestuvieran en un recital de The Clash o de Ricky Martin, por decir algo.

viernes, 12 de octubre de 2007

En celo


Quintas Literarias
Jueves 18 de octubre a las 19 hs.
FUNCEB: Esmeralda 965
Leen sus cuentos: Mariela Ghenadenik; Félix Bruzzone; Alejandro Parisi.
Entrada libre y gratuita


jueves, 4 de octubre de 2007

Y un poquito más también


Odio:
1) La gente que cuando te saluda te hace tenaza en el cuello (o te clava los dedos, o te abraza y te ahorca). Si encima les decís que están siendo saludadores agresivos, seguro que quedás como una ortiva.
2) Los tacheros que clavan los frenos cada 10 metros. Un día de estos les vomito el asiento del acompañante.
3) Hablar de "hegemonía" o de "discursos hegemónicos" fuera del claustro.
4) Los que a cada cosa que pasan le meten la lucha de clases y viven mantenidos por los viejos y jamás vieron un lumpen de cerca.
5) Los que viven de carroñear los que otros hacen y nunca ponen el cuerpo, sólo argumentos que aprendieron leyendo cosas que no requieren de talento.

Por Trotamundos

martes, 2 de octubre de 2007

Más del cuis

Por Muppet M
¿Y qué hay de la oficina?


El cuis de oficina se caracteriza por ser terriblemente simpático y aquellos incautos que adornan los escritorios siempre lo quieren "es reee divinaaaa". Claro, el cuis de apariencia es inofensivo, regala caramelos y sonrisas por doquier, finge interesarse por todo ("¿y cómo va eso de juntar caracoles y cepillarlos con Colgate?") tiene una memoria imbatible que pone en acción recordando detalles inverosímiles, especialmente aquellos que le servirán en el futuro, cuando ya nadie recuerde, por ejemplo, quién fue el/la glotón/a que se pidió el panqueque de dulce de leche, crema, helado y mousse en Carlitos aquella vez después de la oficina.


Esos detalles en apariencia intrascendentes, serán de notable utilidad cuando haya que burlarse de aquel que aquella vez cometió el error de excederse: comida, alcohol, un desliz con una compañera/o, un cuete rebelde, demasiado tiempo adentro del baño o la pollera enganchada en la medibacha con elconsabido cachete al aire.
Estas armas hacen que muchos tomen al cuis como especímen alfa: el temor a ser ridiculizados puede más que la verdadera alfitud. Y la simpatía que le va permitiendo cierta impunidad para burlarse, también le da permiso para preguntar sin ningún pudor "¿y acá ganás bien?".

La vista y el oído son su brújula de superficie para desarrollar la topografía que luego los guiará en las trincheras bajo tierra, mientras todos le festejan las burlas y los caramelos que cada tarde compra por $5 la bolsa y deja uno por uno en cada uno de los escritorios.

El problema de todo cuis es toparse con alguien que no se dejeendulzar con caramelos, ni amedrentar con las burlas porque el especímen se ríe de sí mismo, no teme a nada y cuando el cuis va, el especimen lo vio volver y dar vueltas.





***


El cuis no sólo quiere ser alfa. Es también muy ambicioso. Muy. Y el pasto del vecino siempre se ve más verde, sobre todo cuando el cuis ya cavó todos los pozos que se podían dentro de su patio. Y peor aún si del otro lado de la cerca, ese alguien que tiene todo lo que el cuis desea, además, no se doblega ante su arsenal.
Una laptop, una silla de cuero y un buen par de zapatos lo hacen enfurecer. No sólo quieren eso, sino que quieren que el otro no lo tenga. Aunque si no lo tuviera, ¿adónde posaría su mirada roedora?





***


Cuando el cuis no logra corroer por las buenas los huesos de aquella persona que el cuis quiere ser, comienza la guerra. Y sus armas no son ningún misterio: son las mismas en todos los ambientes donde se mueve. Como sabe que en su mismidad es un animal insignificante, para atacar necesita que su presa esté en absoluto estado de indefensión: un viaje en colectivo, un happy hour, algún almuerzo grupal o cena de fin de año. La mezcla de admiración por la presa le impedirá que la artillería busque destruir a su modelo a seguir. Pero sí intentará doblegarla.


Si la presa no tiene novio, lo hará notar a cada instante. "Alguien tan linda e inteligente como vos... No se entiende". Y aunque a la presa no le importen las mismas cosas que le importan al cuis, el animalejo insistirá sobre ese punto cada vez que pueda, en especial delante de jefes. Delante de los compañeros, insistirá en presentarle gente impresentable ("mirá el motoquero, qué lindo que le queda el poncho de lluvia amarillo manchado con el ketchup del almuerzo", "el kiosquero que vende paco te tira onda").


Y si la presa permanece inmune, el bicho intentará correrla por el lado de "vos debés ser recomplicada, ¿no?", con el consecuente rumor para levantar la sospecha de que si la presa es complicada porque "nadie la quiere", seguro debe ser complicada en otros aspectos y, por supuesto, en el laboral.


Y si la presa aún así permanece rociada en fritolim y le llueven todos los comentarios que le llueven todo el tiempo, el cuis declarará la tregua. Casi tal vez la rendición.


Pero cuando se declara la tregua, la gacela puede caer en la trampa.