martes, 23 de diciembre de 2008


Por Muppet M


Ayer me crucé con mi primer novio.

De pronto caí en la cuenta de que ninguno de mis ex se casó ni tuvo hijos, excepto por él. Tal vez porque es un par de años mayor que yo, o tal vez porque él sabía que quería una familia mucho antes de yo saber qué quería de mi vida (y además luego sería tan cambiante eso que yo querría).

Al poco tiempo después de cortar, él se puso de novio con su actual mujer. Yo tardaría unos meses en enamorarme de otro y como mientras tanto nos seguíamos cruzando porque compartíamos el mismo grupo de gente, se me ocurrió dejar de hablarle. First cut is the deepest, dicen, y me había dolido tanto que había decidido no sufrir. Nada de bochinche, ni escándalos ni cochinadas, me calcé el traje de mujer biónica a la que no se le mueve ni un músculo ni revela a otros nada del borbotón que le sucede adentro; una Mc Gyver mujer que corta de manera eficiente y prolija, sin sangre ni suturas, sin recuerdos ni cartitas y nada de esas cosas que tampoco sobreviven una mudanza o una nueva pareja.

Años después me tocaría que otro me haga sentir la gran Mc Gyver y ahí entendí que no siempre las cosas tienen que ser así, que los cortes son despegajosos, que no se puede ser coherente todo el tiempo, que tanta hojalata biónica me había oxidado algunas vías de comunicación y por eso cuando me dan vino y estoy con tacos puedo llegar a decir cualquier cosa que no es del todo verdad sino pura exageración. Es la condición de bionicidad que hace que todo sea hiperpoderoso, hiperbólico. No me sale decir "mmm, qué hambre que tengo: me comería 1 tostado", sino que digo "quiero 100 tostados" aunque no sea verdad, nadie quiere 100 tostados.

Y así con todo. Y eso me trae algunos problemas. Lo de no poder decir lo que siento y entonces lo tapo, lo niego, lo convierto en chiste o lo elevo al absurdo. No sé decir lo que quiero, no sé decir quiero estar con vos, digo barbaridades que cuando se me pasa el vino y las recuerdo yo me pregunto qué dije, porqué no sabré decir las cosas de manera normal.
Es lógico que el otro no sepa de la compulsión a la exageración que padezco. Pero a veces es peor explicar "mirá que yo hablo así, no te asustes."

De cierta forma, lo estoy explicando.

A mi primer novio nunca le expliqué porqué dejé de hablarle, nunca le dije lo triste que me había quedado y que para mí era doloroso sentir que yo ya no le importaba, porque en ese momento lo entendí así, no que teníamos rumbos distintos, que él quería otra cosa y yo no se la podía dar. Después se hizo costumbre lo de no hablarle y me dio fiaca romper este status quo, aunque yo estaba en otra etapa de mi vida y entonces pensé que era mejor así, sin hablarnos si no teníamos nada que decirnos.

Me acuerdo que sus últimas palabras fueron que no me iba a olvidar, pero tampoco iba a recordarme todo el tiempo, o algo así. Ahora, entiendo, no era que no me iba a recordar porque yo ya no le importaba, sino que él también había echado mano de la bionicidad.

A veces es una copa de más la kriptonita que abre la compuerta de la exageración. En otros casos alcanza con tener hijos que revuelvan todo y encuentren, por ejemplo una notita clandestina o una foto del día en que nos conocimos, que sobrevivió años y mudanzas. El borbotón en su caso no fue decirme barbaridades, sino no poder evitar pasar 19 veces por la que había sido mi casa, rastrear mi mail, mi teléfono, no encontrarlos, preguntarse dónde estaré, qué habría sido de mí y contármelo todo en ese momento en que nos cruzábamos de casualidad.

Aunque hubiera sido más fácil googlearme, haber sido novios en otra época tal vez lo llevó a suponer que me tenía que encontrar a la vieja usanza. Que toparse con un recuerdo inesperado, como cualquier otro sentimiento embotellado, conduce a hacer cosas que tal vez no tengan más razón de ser que haberse cruzado con algo que estaba bajo siete capas de titanio. Y por eso lo lógico de un hombre alterado por la bionicidad es hacer un raid por toda la ciudad para ver si es posible encontrarme o, porque soy Trotamundos, suponerme en otra ciudad e imaginar cuándo podría tomarse un avión y escapar.

¿Entonces vivís acá? Me dijo antes de despedirnos.

Cuando el recuerdo se descongela y se ablanda, eso que tenía una forma planeada e inamovible cambia y algunas cosas se resignifican. Me di cuenta, por ejemplo, que no solamente no sé decir lo que siento de manera aceptable, sino que tampoco soy una mujer biónica y que debe ser por eso me compro animalitos que hacen triples mortales.

Recién sin querer rocé uno de estos muñequitos que tengo en la repisa y me dí cuenta que desde el otro día hasta hoy no se les gastó toda la cuerda.



martes, 16 de diciembre de 2008

Sismo Trapisonda #2

Salió el número 2 de esta revista que también dice ser "una intervención urbana."

Parece que no se consigue, que va hacia sus lectores, que surge como todas aquellas cosas que se vuelven más interesantes cuando son de casualidad.

Pero acá hay algo de info.

jueves, 11 de diciembre de 2008

Este domingo, 19hs



El flyer dice:


Domingo 14 de diciembre 19 hs., Humberto primo 561

Una casa – Galería de arte

Leen:

Ariel Schettini
Gabriela Bejerman
María Eva Álvarez
Trinidad Baruf
Mariela Ghenadenik
Francisco Verdetodo
María Bertogli

Tocan:
Una vez
Matías Barrera

También hay: empanadas, cerveza, cuadros, fotos, patios con vientito, mucho espacio, luces de colores, escaleras.

sábado, 6 de diciembre de 2008

Con la música a otra parte


Por Muppet M

Es un momento raro cuando durante el levante alguien te pregunta "¿y vos qué música escuchás?". Es una pregunta difícil de responder. Yo, por ejemplo, nunca me acuerdo de qué música escucho. Digo, si me preguntan así, de prepo, probablemente liste las bandas top of mind, que no revelan todo acerca de mí. Todos contestamos más o menos lo mismo, no conozco a nadie (bueno, sólo uno) capaz de responder "Rachmaninov".

Además me intimida un poco eso. Es como el test pre laboral: intenta sacarte la foto, pero decir "me gusta U2" no dice quién sos, qué botón te hace saltar la ficha. Tampoco dice mucho acerca de lo que dos personas tienen en común o si van a funcionar, ni dice nada acerca de la intensidad de la relación o si se vibrará en la misma frecuencia.

La música del otro es parte del descubrimiento que no se puede anticipar con un listado de ipod ni con ninguna pregunta. Sí, en el tiempo, puede ser un gran insight de las relaciones, un instrumento (apropiada la imagen) de otras cosas.
A veces los gustos musicales logran nombrar ese noséqué que no se puede definir del todo. Por ejemplo, el caso de una chica que salía con un chico y ella tenía algunas dudas de si seguir o no. Una noche salió todo muy mal. La incompatibilidad era palpable y cuando esa incompatibilidad al fin fue nombrada (el chico escuchaba Shakira) ella se dio cuenta de que no encajaban.
En las relaciones, la música puede ser un espacio de discordia. Está el caso del que quiere educar al soberano y regala CDs. Un acto de generosidad que sería tal si no viniera acompañado de "ahora vas saber lo que es bueno". Encubre una agenda donde el otro no quiere intercambiar subjetividades sino cambiarte el gusto.

También puede ser que un día vas en un auto a algún lugar que queda muy lejos y el otro quiere que se escuche nada más que su música durante todo el viaje. No dice nada malo acerca de la tuya, simplemente no la tiene en cuenta. Ni la más mínima curiosidad de lo que te gusta.
También puede pasar que te aparezca ese que responde "Rachmaninov."
Yo conocí a Rachmaninov, el músico patovica de la música. No te quiere educar, no ignora tus gustos (al contrario), no te desagrada lo que escucha (al contrario), pero es un patovica que dice esto sí esto no. Y de la música a todo lo demás hay un pasito.
Para Rachmaninov, muy pocas cosas merecían entrar en su boliche. Y yo era una de las cosas que sí. Tanto sí que me prefería a mí por encima de "la otra", la incomparable (su guitarra).
Pero para justificar mi presencia en su vida, yo tenía que ganarle siempre a "la otra." Entonces, el patoviquismo no terminaba en la entrada a su vida, sino que estaba en el cotidiano: si yo me ponía a canturrear, surgía de alguna parte y decía "Bien. No desafinás". O si elegía algún tema que me gustaba, "mmm, no está mal, ¿eh?" Y sonreía porque no lo había defraudado. La música que yo escuchaba estaba "bien" y todo lo demás estaba "bien".
Yo era perfecta, la mujer que había esperado toda su vida, yo no me "equivocaba" en nada y él no se había equivocado al dejarme entrar. Yo, por mi parte, había encontrado la música y al músico.
Un día, después de un tiempo de salir, por primera vez tocó la guitarra delante mío. Un concierto privado en el que se dedicó a desarmar minuciosamente cada tema que me gustaba para demostrarme que detrás de toda canción había un germen de Bach, que todo era copia y nada valía la pena. El mundo era un gran basural conurbano, nos obligaban a consumir ruidos y sonidos que construían sensaciones que nos manipulaban y eran la base de una sociedad putrefacta y estúpida... Y él con su guitarra (y yo, cuando comprendiera la maldad de la Industria) salvaría al mundo y me rescataría de los Pity, las Cumbio y los Beatles (la lista era larguisma).
No me quiso educar, ni cambiar ni ignorar. Sólo matarme la ilusión.
Para él yo no quise ver la maldad del mundo y por eso se reservó el derecho de admisión.
Para mí, él no comprendió que algunas cosas son hermosas porque son hermosas y que se puede creer en ellas porque sí, aunque no estén tan "bien".
Ahora escucho por enésima vez los mismos temas que otros me hicieron descubrir y me pregunto si otros me llevarán en sus ipod como yo los llevo a ellos. También me pregunto cómo serán las canciones nuevas que escucharé. Por eso prefiero no preguntar "qué música te gusta" para saber si soy compatible o no con el otro, prefiero permitirme descubrir cosas que antes no conocía.

martes, 18 de noviembre de 2008

Cementerio de teléfonos públicos

Por Pablo
en este cementerio de teléfonos públicos
me protejo en la capilla
donde unos viejos celulares
con antena
lloran la sobrecomunicación
de este siglo
y se prestan carilinas

mañana mismo naceré
de las pestañas de un lector
poeta irresuelto catalán
que me vigila
frente al nicho
de mi padre
sentado ahí en el jardín
con sus lentes negros
y su gabán gris recién comprado
habla por un aparato gigantesco
y suena justo detrás
una cabina de la telefónica
con el vidrio astillado
cuando atiendo
una voz automática
pide que marque uno si…
y dos si…
y tres si…
pero sé que es él, el poeta
de nuevo, mi catalán
marco uno
y el mensaje se repite
marco dos y el mensaje se repite
y marco tres…

lunes, 17 de noviembre de 2008

Por Muppet M

Yo comprobé varias veces el poder de lo que uno desea: se cumple sistemáticamente. Pero de veras que se cumple. No me da para exponer todas las cosas que se me cumplieron (de manera caótica, por supuesto. La vida tiene un extraño sentido del humor), pero es así: lo pedís, lo tenés. Y por eso dicen que hay que tener mucho cuidado con lo que uno desea. Una vez dije "qué ganas de tener wifi en casa" y el Guasón que gobierna esta vida localoca me lo trajo en avioneta.

Uno pide, la vida concede. Pero en lo que no hay acuerdo es en el cómo. Otra vez dije: "qué ganas de tener un tiempo sabático para escribir" y ahora se me dio: tengo todo el tiempo del mundo y es una obviedad que no tengo ni la menor idea de qué hacer con tanto. Porque el Guasón que te cumple los deseos es una especie de paciente psiquiátrico sin metáfora ni dimensión. Si uno pide tiempo, TE DA TIEMPO. TE DA TODO EL TIEMPO DEL MUNDO.

Siempre hay trampita porque, claro, es Guasón y le gusta divertirse. Y a veces yo me enojo. Le digo que me deje de joder, que ya entendí el chistecito y que no es gracioso. Pero me sigue haciendo bromiscuas porque no se trata de entender, sino de divertirse y me trae gags que implican un gran esfuerzo de producción, como revivir a Paolo (sin vincha) que como está en rehabilitación come chupetines de marihuana traídos de Holanda y también bocaditos Holanda, aunque no muchos porque sufre de gastritis crónica y aguda. La falsa sinapsis lo lleva a contarte 100 veces el mismo monólogo y no omite ningún detalle: la villa, las hemorroides, los fracasos y la paranoia de que todos se drogan menos él y prueba curarse los malestares físicos ubicando el chupetín en espacios inexplorados mientras canta alguna canción de Abba en Sueco.

Risas.

Luego viene el cuadro de destrezas: patadas voladoras de mujeres acróbatas se esquivan con sabiduría zen y así logran dar vuelta el impacto y dicen: sarodalov sadatap.

El público hace oooooohooooo.

Como está de moda el aqua dance, se rompe un caño; un plomero sobreprotector no puede explicar el problema sin que el público largue risotadas porque cualquier descripción tiene doble sentido. "Vengo dos horas y te limpio la cocina. Si metes la mano acá vas a ver que ahora chupa bien," etc.
El público delira, pero aún falta el camillero que vive convencido de que trabaja en una peluquería, el médico de guardia siempre quiere jugar el doctor con la paciente, la carrera de momias entre internados, la enfermera que se cuestiona si le gusta su trabajo y dice "soy fea, maestro" y en este caso es realmente fea, pero nadie se da cuenta porque en un hospital todos están bajo el efecto de la morfina y Paolo se pone del orto: "son todos drogadictos, son todos drogadictos y no lo soportoooo".

Aplausos

Paolo cae en la tentación y se pone a aspirar las cuerdas de su guitarra, se le pincha uno de los intestinos inflamados por la gastritis y el humor escatológico inunda la sala. Paolo muere y cuando se eleva saluda con la mano que tiene uñas largas con la que toca la guitarra y rasca las espaldas (es un gran guitarrista de jazz, pero todos fingen no saber lo chiflado que está). "Que tengan una buena vida", se despide antes de sentarse a comer puré de zapallo y zanahoria, porque en el fondo es un buen tipo, Paolo, casi tan bueno como Piero. Y la gente buena no se droga ni toma agua en las comidas y siempre juzga a los demás.

Standing ovation.


El Guasón me mira: "¿Y? ¿te gustó?". Me apuro a decir que sí, por las dudas.
A los locos hay que correrlos para el lado que disparan.

Luego me quedo callada un rato. Lo pienso mejor.

Claro, no se trata de entender.

La vida es rarísima.

jueves, 6 de noviembre de 2008

Kungfupandeando



Por Muppet M

En el calendario Maya hay algo que se llama "el día sin tiempo". Algo así como un día que no existe, un día de mentirita, que no tiene consecuencias, que no debió haber sucedido.

Son días en apariencia inofensivos, en los que que te tomás el colectivo con el ipod y un libro de cuentos, desayunaste, te duchaste con mucho jabón, hiciste todas esas rutinas insignificantes que preparan para una normalidad y no se espera que, por ejemplo, todo se enchuckice de un momento al otro y te deje kungfupandeando en el aire, como cuando en los animés detienen el instante en que el personaje da una patada voladora y se queda suspendido entre las nubes.

Todo empieza en un clima denso después de almorzar y no es un aire de tormenta. O al menos no es de lluvia. Es de arena, polvo que en breve irás a tragar cuando te toquen el hombro y te digan "tenemos que hablar" y caminás por el pasillo, rumbo al cadalso y saludás como reina de la primavera porque ya sabés lo que va a suceder, ya lo viste minutos antes a tu alrededor cuando todos dejaron de trabajar y varios lloraban en los rincones y vos consolabas a los que padecían.

Pero aún así, una escena inesperada sucede, aparece un escribano que tiene traje de escribano y vos le preguntás porqué no tiene un sombrero de Morocco Topo, si es tan parecido a un singing telegram y le decís "sos un siGNing telegram" y te reís porque no entiende el chiste ni la sutileza y empezás a decir una catarata de huevadas cuando te hace firmar con una lapicera negra no un autógrafo, sino tu nombre, apellido y número de documento para darte por notificada que ya no pertenecés a la empresa junto con otros 20 que por la crisis mundial deberán irse a sus casas. Y todos lloran alrededor porque nadie quiere esto y con un handy imaginario le avisan al chico de IT que salga de la zorrinera y arranque tu computadora antes de que vos puedas quitar aquellas fotos que te comprometen, porque siempre hay esas fotos, pero por suerte no las guardás en la computadora del trabajo.

Y decís "menos mal que cuando hacía home office también hacía cosas improductivas". Impúdicas. Importantes. Imprescindibles. Impresionantes.

Ahora voy a hacer mucho home office.

Casi todo el tiempo, digamos.



martes, 28 de octubre de 2008

En todas las librerías


Escriben:

Pablo Ali
Selva Almada
Agus Arias
Hernán Arias
Leandro Custo
Celia Dosio
Romina Doval
María Fasce
Germán Maggiori
Ariel Magnus
Lucía Marroquín
Maximiliano Matayoshi
María Molteno
Mariela Ghenadenik
Juan Diego Incardona
Alejandro Parisi
María Sol Porta
Juan Terranova
Diego Grillo Trubba
Julian Urman
Alejandra Zina



Se dice que las mujeres somos múltiples, superpuestas, que nos anticipamos, postergamos o salimos a borbotones.
A veces pasan cosas muy raras. Como darte cuenta que fuiste la Su Giménez de La Boca durante 5 horas, bailando en medias de red de portaliga contra un Monzón tatuado pero lindo, Moria incluida haciéndote sanguchito mientras le zandunguea un reggaeton a Cacho Castaña cuando era joven y en el medio se pasea una conejita de Playboy que sale de la madriguera para ofrecer tragos por ahí a La Fredy que conversa con otro en un sillón y se le ve una liga y no deja de mirar a los 4 que no dejan de frotarse. Moria, Su, Cacho y Monzón hacen un scrun, las plumas de la boa se sueltan en cada roce y la temperatura de todos sube hasta que las orejas se ponen tan rojas como la boa y hasta las orejas de la conejita se ponen rojas y se convierten en cuernitos de diablita y no te diste cuenta de nada sino hasta mucho después, cuando termina la bruma de la fantasía y sólo queda sacarse el maquillaje y preguntarte ¿qué hice?

miércoles, 15 de octubre de 2008

Oda a la Mujer Imperfecta - o Muppet S

Por Muppet M

ELLA
se despierta a las 4.30 am
para navegar por internet
Es la disciplina
hecha mujer

ELLA
tiene valor y coraje
se juega hasta el fondo
por aquellas cosas que cree
Se define como "prusiana"
y a las 4.30 am
levanta la persiana

ELLA
Es ejemplo a seguir
un ser excepcional
Madre coraje
Programa el despertador a las 4.30 am
como cualquier ser racional

ELLA
De cuerpo y alma por sus ideales
por sus metas
Navega por ticketek
y pone el pecho a las tormentas

ELLA
consigue lo que nadie
o muy pocos
se levanta a las 4.30am
Y no se come los mocos

ELLA
¡¡¡¡¡COMPÓ PARA SUS AMIGAS ENTRADAS PARA MADDONNAAAAAAA!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Y es lo más
(Gracias, amiga)

viernes, 10 de octubre de 2008

Domingo 12 de octubre


La Universidad Nacional de Lanús, en el marco de su Segunda Edición de la Feria del Libro, invita a presenciar una mesa debate acerca de la nueva narrativa argentina.
Los organizadores conversarán con:

Pablo Alí
Félix Bruzzone
Ana Cecchi
Mariela Ghenadenik
Diego Grillo Trubba
Hernán Vanoli
Julián Urman

El evento tendrá lugar el domingo 12 de octubre, a las 16.30 Hipólito Yrigoyen 5682, Remedios de Escalada.






lunes, 6 de octubre de 2008

Confesiones II

Por Muppet M

Estaba en una velada que de pronto se tornó musical. Piano, guitarra, clarinete y de repente a alguien se le ocurre decir "uy, ponéte el CD ese" y todos muy contentos recordaban la parte en que...
Y, culpa del vino, se me escapó: "no, yo no la vi".

OK, lo confieso: tampoco vi Cinema Paradiso.

sábado, 4 de octubre de 2008

El llamado

Por Pablo

otra vez nadie más yo
quieto sin dejar de mover las manos
adelantándome en el café
en las tostadas
en la ventana fría
y en la imagen del estadio
vacío
con los murmullos del partido de ayer

otra vez
con la barba crecida
y esas canas que asoman entre los libros
salidos de mi biblioteca
los que no entran en mi biblioteca
todos sin leer

apuro el desayuno con dos cucharadas de azúcar
del frasco grande
la azucarera siempre vacía
con rocas secas en el fondo
y la hornalla encendida para calentar
el ambiente

otra vez nadie más yo
pese a la mujer que amo
desnuda recién
salida de la ducha
secándose en mi acolchado
y los libros sobre la mesa de luz
cubiertos de polvo
y boletos de colectivo

la miro a los ojos
y esa hormiga se me sube a los pies en la calle
otra vez a los teléfonos públicos
como si el llamado
fuese
la realidad

jueves, 25 de septiembre de 2008

Confesiones post invierno

Por Muppet M


Es que necesito hacer catarsis: nunca vi Mary Poppins.

Me acuerdo del día en que no la vi: era un domingo por la tarde-noche, yo tendría 7 u 8 años y volvía de la quinta de una amiga. No sé porqué en vez de llevarme a mi casa, me llevaron a lo de mi amiga y mientras esperábamos a que llegara mi papá, pusieron el video de Mary Poppins. A los 3 minutos, tocaron el timbre. Desconozco por qué nunca me decidí a alquilarla y terminar con aquella interrupción infantil.

A veces me siento en desventaja, como quien oculta un secreto espantoso. Por ejemplo, cuando alguien dice "eso es calibrafiglístico" o como sea que dicen los que vieron Mary Poppins que son como los que hablan jeringozo, yo me río, así, haha-sisi, y por las dudas digo "sííí, yo vi esa parte" y me miran, porque, claro, quién no vio Mary Poppins.


martes, 16 de septiembre de 2008

Hábitat



Por M.I.

Está por empezar la mejor época de mi barrio. La primavera trae consigo el renacer de brillantes especies autóctonas: ya desde fines de septiembre es posible avistar los primeros peluquines, tan renuentes ellos a los fríos del invierno y tan campantes y felices cuando por fin sus dueños los sacan a la calle, a mirar a las señoritas desde las reposeras de plástico. Ah, las reposeras, qué maravilla y qué –si se me permite el lugar común- festival de colores desatan al abrirse cual pétalos de gardenias en amarillo, rosa, rojo y verde flúo, colores que jamás pasan de moda en mi barrio. Y junto a las reposeras y los peluquines, emerge la matrona-en-bata, reina y señora de las veredas primaverales. En un admirable caso de ósmosis y fotosíntesis, resulta que reposeras, matrona en bata y peluquines suman fuerzas para producir otro de los portentos naturales a los que estos meses nos tienen acostumbrados: el comentario. Nacido al calor del mate amargo, alimentado por las polleras demasiado cortas y protegido a la sombra de las tetas nuevas de aquella vecina, el comentario crece y se reproduce hasta que por fin despliega sus alas y planea orgulloso por sobre las paradas del ciento doce y el cuarenta y cuatro. Qué distinta es mi calle en primavera, con qué elegancia desparrama el polvo de la tierra seca donde antes sólo había charcos, aguas servidas y húmedas baldosas. Qué aires nos damos nosotros, los del barrio, cuando caminamos por nuestra plaza y, al pasar por delante del vivero, notamos que en el altar de la virgencita aún florecen las azaleas, en el fondo azul de los bidones de plástico, entre los montoncitos de hojas podridas y las últimas semillas que caen de los paraísos.

viernes, 12 de septiembre de 2008

viernes, 5 de septiembre de 2008

Mi astilla

Por Pablo

I
el país de mis valijas
en las distancias que separan los aeropuertos de casa
una semana en el central park
sin saber dónde descanso esto que llevo
mi familia es letra en la infancia
de un idioma lleno de números

II
a través de la ventanilla
buenos aires es un río
de boyas grandes
y el horizonte perturbado de tanto viajar en avión
otra vez poner los acentos
en la heladera
y ese imán que compré en el museo
junto a la foto de mi sobrina

III
te digo que te quiero
y después te muerdo las comillas te saco los paréntesis
y te echo a la calle
y te escupo
andate de acá
a buscar tus repuestos a warnes
tus pasacasetes usado
sandá a pasear un rato por vos
hasta que te calmes
y te entiendas y me entiendas
y ya basta

IV
hoy te extrañé amiga
sigo sin poder rayar el auto
de esa mujer que me lastima
y me ama
y vuelve a lastimarme
le cerraré un día la puerta en la mano
y sin querer me lastimaré primero
manos torpes siempre las mías

V
el viernes un amigo recordaba su infancia en campo de mayo
la maravilla de los fusiles
y los tanques desde la mirada de un niño
sin padres
el hombre con astilla

VI
siempre recuerdo esa noche de lluvia
que fuimos con mi familia
herejes todos
a saludar al Papa que venía a mediar por Malvinas,
la autopista custodiada de impermeables negros militares
que no nos dejaron subir

VII
Ese no es mi campo de mayo
el Papa nunca se detuvo
mi astilla es otra

martes, 2 de septiembre de 2008

A NY state of mind (2)

Por Muppet M

Una de las cosas imposibles en NY es poder estar en alguna parte. Para los que les cuesta quedarse en un solo lugar, NY es un gran colmo.
Dan como temblores porque hay que ir a todas partes, un zapping mental a cada cuadra, a medida que pasan los números (42, 43, 59, 82, 14, 23). Cada 50 metros cambian las ideas que van al costado como una jauría hambrienta, que sigue la pista muy de cerca, aún cuando la caminata sea en ochos, esquivando rejas del subte en las veredas.

Tratar de retener algo de esa autopista mental es imposible. Respirar hondo ese humo que sale del asfalto hasta cuando es verano, observar algo, tomar agua al menos.
Sentarse en algún escalón, pero ni las imágenes ni las ideas se detienen.

La visión en NY es borrosa, como arriba de un tren.

La ansiedad vuelve a arrastar de los tobillos y después alguien se pregunta dónde estuve y no es posible saberlo, porque se estuvo en todas partes al mismo tiempo y pasó un perro andaluz por las calles de Berlin antes de la guerra, en los ochenta donde todas las narices eran como las de Ivanna Trump, y como era verano no había tapados de visón, pero había nutrias en fotos y hasta un cachorro de antílope que había perdido a su mamá en un pueblito de Buenos Aires y en el zoológico del Central Park unos chicos daban de comer a un lobo marino.

***
Nos sentamos a la sombra, sobre el pasto. Charlamos durante horas. El tiempo pasa rápido, no hay manera de retenerlo.
You can´t always get what you want...
Empieza a lloviznar. Pintitas de colores. Y marcadores, lápices, crayones, papelitos chiquitos, como los que quedan adentro de la agujereadora. Y también grana multicolor.
El pasto del Central Park ya no es verde: es celeste, fucsia, violeta, plateado, amarillo.
But if you try sometimes, well, you might find...
No tengo fotos de eso, pero hubo un día que el pasto del Central Park fue de todos colores y alrededor, en todas partes, en el aire, las palabras se entrelazaron.
....you get what you need.

A NY state of mind (1)

Por Muppet M







































miércoles, 27 de agosto de 2008

Reflexión Retro

Por M.I.
Volvieron las Tentaciones Mousse. Habrá que probarlas.

Lo cierto es que hace ya un tiempo Kraft nos dejó sin el mejor alfajor de todos los tiempos: el mousse de chocolate Suchard. Ni hablar de los bloquecitos.

Y ahora que lo recuerdo, cuando Parmalat compró La Vascongada, chau Sandy.

Todo bien con el capitalismo, pero hay golosinas que deberían ser declaradas de interés alimenticio.

miércoles, 20 de agosto de 2008

Amorodios

Por Muppet M

Cosas que odio:

1) La gente guarda los fósforos quemados adentro de la caja (dentro de MI caja de fósforos), junto con los que aún están rosaditos.

2) Los que pronuncian kePchup (si fisiológicamente es más fácil hacer el sonido de una "t" antes de una "ch", ¿por qué algunos hacen "P"?).

3) Que el jabón haga babita en la jabonera.

4) Que el jabón se estríe aunque sea nuevo.

5) Que el ascensor nunca cierre cuando le pongo "cerrar puerta" y si apreto muchas veces el botón, tarda más en cerrar.

6) Que si me olvido una birome arriba del microondas significa que lo estoy "interviniendo".

7) Que los taxistas nunca sepan cuándo es el momento de terminar de contar una anécdota.

8) No lograr dilucidar qué cosa es lo que hacen mis vecinos que genera una serie de ruidos indescifrables.


Algunas cosas que no odio:

1) La crema de manos que tengo en mi escritorio con aroma a naranja y jengibre.

2) Que ayer vi que ya hay azaleas y eso quiere decir que ya viene el calorcito.

3) Los marcadores de colores.

4) Los brownies mega chocolatosos de El Federal.

5) Pensar en algo y que eso se cumpla inesperadamente.

jueves, 14 de agosto de 2008

Tomates azules, frutillas blancas









No son las frutas y verduras que habitan la heladera de Pity de Intoxicados. Ni engendros de laboratorio. Tampoco se trata de que ande mal el technicolor.

Son así: tomates y frutillas salvajes. Desatinados, insaciables.

Crecen a los costados de la ruta de la normalidad y como todas las cosas que crecen en la lateralidad, son así, un disparate.

Gracias Mr. Wrong.

martes, 12 de agosto de 2008

"El pibe la rompe"


No podemos dejar de recomendar "76", de Félix Bruzzone. Y esto es tan sólo el comienzo: los lectores podrán leer más de Félix muy pronto.

Estén atentos a este escritor.

jueves, 7 de agosto de 2008

callo sin coraza

Por Pablo

ella tenía agua en el oído
la pierna del amor protegida en una bota
nuestra amiga llegó resfriada desde las puertas del centro comercial
la calma de su pelo rubio en los gestos de madre
el amor protegido en la belleza de esa niña
que juega en casa con caballos de madera
mientras el padre prepara el asado
ella tenía un palo seco enterrado
en tierra arcillosa llena de piedras
caña de azúcar seca al sol
el frío nos daba en las costillas
y nuestra amiga tosía años de dolor convertidos
en vaya a saber qué pócima secreta
la prosa y la niña
día de sol en este invierno de centro comercial
la curva del relato se hamaca
en el metal de las escaleras mecánicas
subimos hacia el reparo de la multitud
presos del agua que nos invade
¿será el mismo líquido mutado
en edades y sexos
el pulóver tejido por abuelas?
¿será el hilo que cose la tela
el agua de esta gente potable inimputable?
¿una escuela de niños rayando autos
y golpeando maestras
filmados para youtube
fotolog de niñas eróticamente disociadas en esa boca entreabierta
los guantes amarillos llenos de caca y de sangre?
subimos en agua clara
los tres
algo se trama en el silencio
y en el alboroto de palabras con que las mareo
víctima del reloj que se deshace
del dibujo del cerebro copiado con papel se seda

lunes, 4 de agosto de 2008


Por Muppet M
Una especie de Quijote me recitaba poesías a las 3am en Plaza las Heras. Él estaba quemado (¿por el sol?), pero yo le decía igual estás lindo.
Después otro parque, (Chapultepec, era como en un cerro y había nubes de azúcar de colores chillones), el Quijote tiene la mirada desenfocada, hay demasiada información: los colores, sobre todo. La gente, los carritos con golosinas y frutas indescifrables, el tumulto.
No es la madrugada y no estamos solos, no hay poesía, él parece ciego, yo me quedo muda y así, en silencio, decido que es momento de irme.
No quiero que me panees dentro de otro montón de cosas.
Y me voy, en taxi, pero vuelvo, te extraño y me ves cuando me ves, pero seguís con la mirada en trance y yo me desdibujo, no hay jerarquías en lo que ven tus ojos, todo es una nube de azúcar y se te deben pegar las pestañas. La piel te va cambiando, capaz que por el sol y te preocupa la piel (uf, la piel...) y sobresalen tus ojos, que de a ratos se curvan hasta mí, pero yo quiero de frente, quiero salir de mis diagonales.
Tal vez soy yo la que no ve bien.

Entonces me voy. Y no quiero que veas que me voy, pero sí quiero que sientas que ya no estoy ahí.
Camino hasta el taxi, pienso en todo ese tiempo que me esperó hasta que di la vuelta al parque y me convencí (de tu piel, de tus ojos, de lo que no me deja tranquila).

---

Una vez fui a ver una obra del Quijote y el comentario posterior fue: "y... la locura seduce". Yo no era tan chica, pero no lo entendí del todo, (¿qué puede tener de lindo alguien que quiere mucho más de lo que puede?). Y como todas esas cosas que se internalizan de un golpe, es difícil explicarlas al principio; de pronto vi cada una de las imágenes como uno de esos libritos que si los pasás rápido se ve la secuencia de lo que en algún momento fue (o pareció) aleatorio.

Ahora no sé qué decir; todo está claro. No en las palabras, pero sí en todo lo demás.
Y no sé si quería que se aclarara la dualidad.

La locura, sí, seduce. Pero también espanta.

lunes, 28 de julio de 2008

Hoy lunes...


Por Mujer Imperfecta


Todo bien con el tupper, pero ya empieza a ajustarme acá, acá y por el lado de la sisa.

miércoles, 23 de julio de 2008

Presentación de la antología Uno a Uno


El lunes 28 de julio a las 19.30, Diego Grillo Trubba presenta "Uno a Uno", una antología de cuentos sobre la década de los noventa.
El evento es en "Eterna Cadencia", Honduras 5574 y es gratis.

lunes, 21 de julio de 2008

Desbarranking suit



Aquí una apropiada vestimenta Barry Gibb (sin zapatos blancos para evitar angustia innecesaria).
Ahora sí: barranca abajo de cabeza al cenotafio de las Malvinas en Plaza San Martín.
Aunque tal vez deba esperar unas semanas... Si bien La Mujer Imperfecta goza de inmejorable estado atlético, la Trotamundos anda con pierna ortopédica/bota de ski gracias a un esguince causado por hacer trencito con Mafalda y otros personajes extravagantes en una fiesta donde sonaba Rafaela Carrá. Luego, en la guardia del Alemán, Jesús la trasladó en silla de ruedas por los oscuros pasillos de radiología y Habló con Ella. La diferencia es que Ella le contestaba.

Gracias a Mr_Wrong por este aporte.


Dialoguitos

Por Muppet M y Muppet S

Muppet S dice:
bueno, es como evangelina anderson, digamos

Muppet M dice:
qué linda que es esa chica, por dio

Muppet S dice:
re

Muppet S dice:
es un gato

Muppet M dice: obvio

Muppet S dice:
pero un gato lindo. Como pamela david pero con más lomo.

Muppet M dice:
más linda que pamela david. Y no puede tener ese culo

Muppet S dice:
yo le tocaría el culo

martes, 15 de julio de 2008

Mañana

Por Mujer Imperfecta

Ella duerme sabiendo que existe una buena posibilidad de despertar en un lugar distinto. Al abrir los ojos, descubre que estamos en medio del campo. Se levanta como puede, camina, corre y trepa el alambrado para, a los gritos, llamar a los caballos y a la oveja guachita que se esconde en el monte. Por la tarde visitamos el corral de los patos: ella los persigue, da la vuelta al árbol y llega hasta el bebedero de las gallinas. Alguien, en un descuido, deja caer un huevo. La tierra absorbe la clara. Los patos y las gallinas corren, se empujan para comer los restos de yema desparramados en la tierra. Alguna de esas gallinas debe ser la madre, pienso mientras Ella mira la escena con esos ojos abiertos de cuando yo la veo y sé que entonces entiende, que entiende todo. Después vamos hacia el lado de la casa y el perro que nos esperaba detrás de la cerca del gallinero lame los restos de yema que los zapatos de Ella dejan en el pasto. No quiero pensar en mañana. Pronto va a ser de noche, es demasiado tarde y está demasiado oscuro para que ella trepe, como trepa ahora, hasta lo alto del molino. Alguna vez, pienso, yo también fui así de audaz.

jueves, 10 de julio de 2008

Tipititapitipum


Por Muppet M

Uno de mis peores defectos es ser muy irritable. Me exasperan gestos insignificantes de gente anónima. Por ejemplo, no soportar el jogging de una señora que está delante mío en una fila. Cuando una boludez me irrita no puedo concentrarme en otra cosa que eso que me molesta. Entonces, los cinco minutos que conviviré con la visión de ese jogging serán los peores de mi vida.

***
Una de mis compañeras de trabajo es buena, pero no la soporto. Detesto el tono que usa cuando habla por teléfono y habla por teléfono el 80% de su tiempo. Y toma un brebaje que revuelve cada 3 segundos. O se enoja y se queja (también, el 80% de su tiempo) y como es inglesa putea en londinense y grita "ooouuu noooouuu" y yo me contengo para no hacerle burla (a veces, cuando nadie me ve, le saco la lengua).

***
Hay gente que declama obviedades como grandes revelaciones y que cree que ser sensible todo el tiempo es sinónimo de algo que estaría bien. A mí me hace un ruido tremendo, pero prefiero fingir asombro. A veces es más fácil que explicar cosas.

***
Por momentos creo que está mal ser así, que está mal querer dar mil patadas justicieras a cualquier imbécil. Que todo el mundo debería caerme bien porque de lo contrario terminaré comprobando que soy una energúmena.

***
Y entonces trato de refutar que soy una intolerante. Y entonces me obligo a tragarme personajes pedorros, a reprimir el zarpazo con el que le cruzaría la cara a más de uno, nublo un poco la vista para que ciertas cosas dejen der ser tan notorias.

***
El otro día compré por internet (a veces lo hago, no me gusta empujar el changuito en el super, tienen las ruedas torcidas y me convierto en mala onda. Una vez una señora me pidió si podía cargar el monto de mi compra a su discoplus -yo no tengo discoplus- y le dije que no porque no se me cantó la gana. Ahora siento tanta culpa que ofrezco que todos carguen su discoplus y absorban la plusvalía de todos en sus tarjetitas). Bueno, compré por internet y, entre otras cosas, compré dos calabazas. Duran mucho, quedan lindas puestas ahí en mi changuito al lado de la heladera, entre las cebollas y los ajos. Y, sobre todo, duran mucho. Pero me trajeron una que más que de jardín, esta ya iba al primario.
Nunca en la vida había visto una calabaza podrida. Lo máximo que logré fue pudrir huevos (esos sí que pueden estar una eternidad en la heladera, como la paciencia de algunas personas. No de la mía, claro está).
Me pareció un evento tan extraño, tan novedoso que ni siquiera me indigné.
Me di cuenta que lo que me indigna es lo que no me provoca curiosidad.
Las visiones que se logran con una calabaza podrida.

sábado, 21 de junio de 2008

Necrológicas

Por Muppet M

Y llegó el día en que me engripé tanto que creo que me morí.
Tras incubar vaya a saber qué cosa inoculada en algún tiempo que desconozco, caí semi inconsciente del agotamiento y no me levanté sino hasta casi 5 días después. No podía leer, ni ver tele, ni sostener ninguna conversación con las personas que me venían a ver, hubo quien incluso me instaló wi fi para que yo pueda navegar desde la cama (y así es como se ganó un lugar en mi corazón).
Tuve tanta fiebre que deliré hasta convertirme en una especie de Linda Blair o en algo parecido a un medium que dialoga con los muertitos, Michael Jackson bailando Thriller, yo desde la cama hacía así con las manitos, mientras de la nada se abrieron los sarcófagos de los ex files que se enteraron lo del wi fi y con la excusa de visitarme vinieron a asustarme en patota: los prehistóricos, los antiguos, los que revivieron, los que nunca se fueron, los que nunca volvieron, los nuevos, los que serán ex, los que nunca se sabe, los que vuelven a ser, los que nunca serán... Bailen, bailen, desplieguen su aroma a Tánger, recuerdos en descomposición. Vamos, muestren su gracia.

Fiambre, momia, cadáver, esqueleto de placard... Todos iban a parar a la fosa. No importó si había sido de muerte natural, enfermedad, se suicidaron o yo los maté, bye, se van, juiiira luz mala. Palada de tierra.
Hasta que le llegó el turno y no supe que hacer. Tenía pulso, estaba agonizante, muy parecido a mí en estado gripal. Casi que me pedía el rifle sanitario, me miraba con esos ojitos. Pero no tuve el valor. Y también sentí miedo: de que se convirtiera en zombie y me aceche en alguna esquina inesperada de la ciudad, en una cornisa, detrás de una puerta, ahí en el vértice donde dicen que se amontona lo que no fluye.
Intenté respiración boca a boca, abrazarlo para darle calor, hablarle para que no se desmaye, masajes en el corazón... No había grandes signos vitales, pero los ojos todavía le brillaban mucho, y me miraban como si yo fuera inalcanzable, como si él no pudiera alcanzarme cuando era tan fácil todo, no había que hacer nada.
No supe qué hacer con él, como él tampoco nunca supo que hacer conmigo. De pronto me subió más la fiebre. Tiritando, fui a buscar hielo y ahí se me ocurrió, entre la carne picada y las presas de pollo: entraba justito.
Tal vez se quede ahí como Walt Disney, un mito eterno. Tal vez un día haya razones para descongelarlo, aunque más no sea para comprobar la fecha de vencimiento. O en una de esas, cuando vuelva el calorcito, se convierta en un helado de turrón de chocolate que volverá a derretirse mientras yo también me derrito mientras sucede la combustión espontánea que consume todo alrededor.

miércoles, 4 de junio de 2008

La piñata del rock'n rollnn

Muppet S: yo creo que entre todos deberíamos poner el 10% de nuestro sueldo para mantener a capusotto, que nunca más tenga problemas de guita y que se dedique a hacer un programa por semana de acá a para siempre.

Muppet M: si no fuera tan drogón me casaría.

Muppet S: No es drogón.

Muppet M: entonces es oficial, me caso.


Cambio climático

Por Petite Séverine

No es ninguna novedad: a la mañana está templado y al mediodía cae una lluvia ácida en forma de toneladas de limones.Lo impredecible de todo se vuelve más evidente con esta inestabilidad. Y yo me vuelvo más inestable, vulnerable, una hojita al viento como Forrest Gump, una caja de bombones donde nunca se sabe qué vendrá después.

Salgo en manga corta y mi día sigue de largo y se hace de noche y entonces de la nada hace bajo cero. Y por eso entro ahí, a cualquier lugar y le digo: "tengo frío, dame algo". Y entonces me da lo que necesito (algo de lana, lo que sea).

La tibieza de hilos tejidos en tono café con leche me reconfortan y a ella también: sinuosa, indetectable, diagonal, acecha mi entresueño de calor reciente "no sabés qué bien que quedaría acompañar todo eso con una faja color tostado". Me rodea con las 113 maneras de usar un collar en tono frambuesa, teje de la nada un pañuelo chocolate, despliega unos volados en matices durazno, mirá qué dulzura, qué suavidad, bombón asesino, un instante antes de lo que después será una madeja de texturas y colores, broches, colgantes, sombreros, pashminas, hebillas, carteras, tules, serpentinas, cascabeles, papel picado, plumas, hilos de seda, lana rústica, cuero ecológico, leopardo, tachas, bolsas ziploc, cuerdas, silver tape, gasa, parafina, epoxy y ya no tenés frío, ¿nocierto?

miércoles, 28 de mayo de 2008

Lo que yo digo

Por Pablo

Lo yo que digo es que nada puedo
decir
acerca del motor ese que tenemos
entre la astucia y el amor
nada que no sea aceite para el motor
agua fría que levante el vapor
sábana vieja para envolverlo

Lo yo que digo es que siempre tira más
la pendiente
que la llanura
le diría a Él que haga como hizo su homónimo
y agarre su moto y se vaya bien lejos
que haga con su moto diez vueltas alrededor
laberinto espiral
estando cerca pero estando lejos
pero no es nada lo yo que digo
cuando lo que late es el motor

Habría que saber si lo que tira
en uno es lo limpio que está el otro
pero para eso, querida amiga,
habría que desarmar el motor
y para eso usted ya tendrá su mecánico
autorizado y matriculado

Lo único yo que digo
es que en lo posible habría que darle una chance
sólo si despierta algo en vos
y si no dejarlo partir
sin fortalecer la antinomia
como único elemento de combustión
pues si hay un sucio y un limpito
también hay,
se lo garantizo,
varios que se ensucian y se limpian
con igual elegancia
en el equilibrio de lo ferpecto
aceite que a veces desestabiliza todo
y si no qué otra cosa es el amor.

miércoles, 21 de mayo de 2008


Por Muppet M

No me gusta el invierno. El frío y esas cosas (lo único bueno es la little spoon). Lo que menos me gusta de todo es cuando ya no encuentro la manera de seguir usando camisetitas ligeras, strapless, mucho menos sandalias. Chau vestiditos de tela liviana, bikinis, ojotas...
Y lo que más tristeza me da es el trámite de pasar la ropa de una temporada y guardar la otra. Eso es algo que empecé a hacer hace poco, me parecía como anticuado eso de tener ropa “de invierno” y “de verano”. Pero por algún motivo empecé a hacer eso de embolsar cosas, desembolsar otras, estornudar hasta la asfixia y deshacerme de lo que ya no voy a usar (mi parte preferida).
Así que mientras moví cosas de lugar, se me ocurrió contar cuántos pares de cosas tengo y descubrí los siguientes porcentajes:

Ojotas: 7%
Sandalias que no uso: 4%
Sandalias que sí uso: 11%
Chatitas: 25%
Chatitas que no uso: 9%
Zapatos de taco-taco: 11%
Botas: 16%
Botas para -40 grados: 2%
Botas de lluvia que aún no me animo a usar: 2%
Zapatillas: 9%
Patines: 2%

Mientras hacía el inventario me sentí culpable: mi cabeza no estaba ahí con ellos, sino imaginando otros zapatos, otro matiz en mi repiqueteo contra la vereda, una noche después de cenar. Unos tacos negros de Mishka de los que me enamoré sin siquiera probármelos. Porque sé que si lo hago no me los voy a querer sacar nunca, nunca, nunca más. Y son incomprables.
Así que se aceptan colaboraciones o alguien que, en caso de vandalismo romántico, rompa el vidrio y me los traiga.

viernes, 16 de mayo de 2008

Mientras tanto

Por Machi












Por Petite Séverine

Me encantan los paréntesis.La disgresión o regresión(depende como se mire o
lo que suceda dentro de un
paréntesis).Cualquier cosa puede sucederAfuera hay
una
lógica
estructura
narrativa
cadencia
mentalEn un paréntesis hay ruido desconexión
una parte que se olvida del todoodeprontoseacuerday
lo pone entre paréntesis.

domingo, 11 de mayo de 2008

Llamado a la solidaridad


Por Muppet M y Muppet S

Que alguien por favor nos explique porqué no existe un presidente que esté bueno (salvo JFK).
OK, existen ciertos personajes (que no vamos a revelar la identidad) que confesaron fantasear con arrancarle el saco cuello mao con vivos andinos a Evo Morales, meterle las manos debajo el sweatercito y despeinarle la brillante cabellera a dos aguas. Pero esa clase de exabruptos a veces suceden (después de todo, Carla Bruni está con "pantalones encima del ombligo" Sarkozy).
Nuestras investigaciones, además de arrojar confesiones como las de Evo Morales, revelaron que para algunos Lula no estaba mal, que el lechoso cara de galleta de Clinton era "macho" (¿?), que Chávez tenía un "je ne sais quoi" y que Tony Blair tenía un buen lejos.
En serio, si alguien nos ayuda a encontrar algún presidente, de cualquier época y país que esté bueno le damos un premio.

martes, 6 de mayo de 2008

Zapato roto


Por Muppet M

El otro día me peleé con mi marroquinero. Le dije que nunca más volvería a pisar su local porque por su culpa me quedé sin mis sandalias preferidas.

No se lo puedo perdonar. Se las dio a OTRA. OTRA se quedó con lo que era MÍO. MIS sandalias. Negras, con una tira al tobillo y una forma medio rara que cubría el pie y que siempre cosechaba elogios. Lo peor, es que ni siquiera eran mías. Fue una permuta de verano: yo iba a salir con un chico que se merecía un buen par de sandalias y justo mi amiga pasó por casa a pedirme un vestido. "A cambio de tus sandalias," le dije. No la dejé irse descalza: le di mi mejor par (mi amiga tampoco se merecía menos) que no iban con lo que pensaba usar.
Pasó el tiempo y me fui encariñando, terminado el verano iba a iniciar el trámite de adopción permanente y para tal fin se me ocurrió mandar a limpiarlas y ahí fue cuando sucedió la tragedia.
El otro día volví a reclamarlas. Aunque con culpa. Me acodé en el mostrador sin decir nada, él insistió en pagarlas, me dio pena. Le dije que mis palabras hirientes habían sido un arrebato, eso de que otro embetunaría mis botas y pondría sopapitas a mis tacos y que lo de cambiarme las punteras ya era parte de nuestro pasado, todo era producto de mi enojo.

"Nos vemos, linda. Volvé cuando quieras," fue nuestro último recuerdo. Lo nuestro ya era tan irreversible como un zapato.

La maldición del Topo Gigio




Por Muppet M

El otro día leí una nota acerca de algo que se llama "acúfenos" (ruidos fantasmas causados por el ruido en la ciudad y el MP3) y me acordé que de chica, justo cuando me estaba por quedar dormida, siempre me sonaba un in crescendo del Topo Gigio, canto de sirena mental que me atraía hacia el insomnio, mensajes satánicos que como un disco rayado al derecho y al revés me taladraban la sinapsis cerebral y me dejaban en alerta.
Aunque me cubriera con la almohada, tratara de cantar otra melodía que anulara la maldición de ese títere macabro o durmiera con radio, nada extinguía el mensaje subliminal instalado en el oído medio que atentaba contra mi equilibrio mental.

La lucha contra el fantasma auditivo me entrenó para descifrar los sonidos de la noche y así es como desarrollé un oído casi perruno y puedo escuchar dos conversaciones a la vez (siempre dije que por algo tenía dos orejas, por suerte no deformes como las del topo ese). Pero toda bendición se convierte tarde o temprano en maldición, porque siempre escuché todo, todo el tiempo sin poder poner off (y por eso me desconcentro fácilmente). Y es así como estoy al tanto de los vaivenes de mis vecinos (que hace mucho que ya no se quieren), puedo escuchar timbres a una distancia asombrosa aunque haya ruido excesivo (lo único que no escucho jamás es mi celular), si bien soy incapaz de tocar cualquier instrumento (pero eso es porque no puedo maniobrar objetos: lápices, cámaras, guitarras...), sé perfectamente si un instrumento está afinado, no me va mal con las pronunciaciones de cualquier idioma aunque no lo hable, puedo bailar, descifro sin problemas el cuchicheo de mis compañeros de trabajo y me altera cualquier decibel que supere lo aceptable (detesto con violencia a la gente que habla a los gritos, más si es por celular en un lugar público).


Pero escuchar tanto matiz resulta agotador. No sé si será por esta cualidad auditiva (todo tiene que ver con todo) pero también desarrollé un muy buen olfato (algo de perra debo tener) y con esa combinación un día descubrí que también puedo escuchar lo que no se dice (no, no escucho voces. Todo sucede en la realidad).

Debe ser por eso que me encanta el agua. Sumergir las orejas y que por fin se distorsione tanta claridad y que todo se vuelva un poco onírico, pero sin dormirme del todo.

miércoles, 30 de abril de 2008

Casas

Por la Mujer Imperfecta

Me gusta visitar las casas de los recién mudados, que me muestren sus cocinas, avanzar por pasillos que no conozco tratando de adivinar cómo serán las habitaciones detrás de las puertas.
Cuando muestro mi casa empiezo siempre por el living, el balcón a la calle, las piezas, de ahí al escritorio y a la cocina, un crescendo espacial que termina en el patio -chiquito, pero después del balcón parece siempre más amplio- y la parrilla bajo las hojas del paraíso. Prometer poco para cumplir con facilidad, es el mantra de los perfeccionistas.

***

Hasta que se mudó sola, a los veintisiete años, mi amiga vivió siempre en el mismo edificio de cuatro ambientes de la calle Santa Fe. Yo, que a los diez ya había vivido en una casa, seis departamentos y tres países, imaginaba lo aburrido que debía ser mirar durante casi treinta años la misma pared en la pieza y, en el pasillo, las mismas puertas de la pieza del hermano, el cuarto de los padres, las mismas caras de un matrimonio de más de cuarenta años.
Cada mañana, rumbo al trabajo, mi amiga pasa por delante de la plaza a la que iba de chica y cada último viernes de mes se junta con sus amigos de la escuela primaria. Yo perdí mi álbum de fotos en un colectivo y apenas recuerdo las caras de mis compañeros.

***

Mi amigo Andrés revisa entre sus libros hasta encontrar el vale por un viaje en teleférico que ganamos en aquella carrera de embolsados. Se pregunta qué pasaría si volviera veinte años después a cobrarse su premio. El problema, digo yo, es que allá sólo tenés un viaje en teleférico y acá tenés todo.
Antes de ayer, Andrés vino a conocer mi nueva casa con su hijo más chico. En un descuido, el nene trepó hasta el techo por las rejas del balcón y se perdió detrás del tanque de agua. Lo llamamos sin suerte hasta que oscureció. Anoche, cuando salí a cerrar la puerta del patio, lo vi sentado junto a la chimenea de la parrilla. Hubieras empezado por acá, dijo antes de bajar para darme la mano y caminar conmigo hacia el teléfono de la cocina.

viernes, 25 de abril de 2008

Final del juego

Por Muppet M

Hace poco aprendí a hacer malabares con 3 pelotas.
Tampoco es que ya estoy lista para ir a los semáforos ni me van a contratar para el Cirque du Soleil, pero digamos que un poco me sale.

Me di cuenta que hacía mil años que no aprendía algo nuevo físicamente. Todas mis (in)habilidades y ¿destrezas? las incorporé de chica (andar en bici, subirme a una barra de equilibrio, nadar, etc.). Después, todo fue teórico. Sobre todo en los juegos: estrategia mata habilidad: TEG, dominó, cartas... Todo pasa a ser mental (entonces me aburro, empiezo a hablar, me retan porque hablo y porque "no me concentro en el juego").
El objetivo, más que ganar, es hacer perder a alguien.
Y ya no se pone el cuerpo, sino fichas y eso se traslada a muchas otras cosas: alguien ficha a alguien, alguien es un "ganador/a", alguien la juega de loser, alguien pone fichas, alguien arriesga, alguien apuesta, alguien hace una movida, alguien lee entre líneas, alguien muestra sus cartas (o no), las caras tratan de ser de póquer, cada cual atiende su juego porque si no una prenda tendrá. No ser un Kasparov y adelantarse al movimiento puede llevar a "perder".
¿Perder qué?
Y si "ganás" ¿a quién le ganaste?

Yo creo en las ganas, por sobre todas las cosas. Y en la cancha, donde se ven los pingos.

martes, 22 de abril de 2008

¡Hoy es mi cumpleaños!


Por Muppet M

Entre saludos varios y cosas diversas, me dieron una tarjeta con una imagen parecida a esta que colgué. Me entró la duda, ¿me habrán querido decir que…

…soy una caja de sorpresas?
…soy una persona abierta y dispuesta a llenarse del conocimiento de los demás?
o
… que soy cuadrada y vacía?

Je.

Me encanta cumplir años.

jueves, 17 de abril de 2008

Por Muppet M

Hoy almorcé con mi amigo N. Estaba enojado, dolido (se indigna cuando se angustia, pero nunca lo reconoce). Se quejaba de que su chica no le quiere cambiar las cláusulas de liviandad. Eso derivó a una teoría bastante interesante acerca del chongaje, todo sea para evitar escucharme decir eso que no quiere escuchar (porqué no vas de frente en vez de dejar que todo se diluya, etc.) pero sé que hay momentos en que es mejor callar, profundizar en las teorías abstractas y usar el tiempo en criticar el elemento del comedero de las Galerías Pacífico.

Eso es hasta que él se cansa o se dispersa y entonces me pregunta cosas y no tengo más remedio que contarle que el reloj de los viajeros del tiempo me trajo al presente una Era lejana de mi vida y que estuve muy cerca de tirarme de bomba a la confusión. Las risotadas (el absurdo de mis dudas) me ayudaron a volver a la realidad y cuando salimos de ahí la nube tóxica de ayer, que había enrarecido mucho más que el aire, se había dispersado por completo.

miércoles, 16 de abril de 2008

Viajeros del Tiempo


Por Muppet M

Anoche me apareció un mapamundi en versión satelital, azul intenso con nubes blancas, ambos polos eran visibles al mismo tiempo.
Mientras lo contemplaba, una ola descomunal me transportó desde Hawaii hasta algún lugar de Europa del Este (probablemente Bulgaria) donde aterricé como un meteorito dentro del agua.

Sentí miedo de hablar con los lugareños porque no les entendía y porque pensaba que me iban a deportar al descubrir que yo no era de ahí. Pero resultaron muy amables, me hablaron en inglés y querían saber quién era yo, pero yo no me acordaba quién era. Tal vez por eso me tomaron las huellas digitales, pero yo no tenía ninguna.

Después descubrí que en realidad estaba en algún lugar de Francia y esta gente me explicaba cómo hacer la conexión de trenes para salir de ahí, llegar a Paris, recuperar mi pasaporte y al fin volver a casa.