sábado, 28 de julio de 2007

Actividades de oficina

Por Muppet M

9 hs: llegada puntual (mi deseo es irme puntual, claro). Ilusión de que sea un día entretenido. Planes miles para hacer en paralelo a las mínimamente indispensables tareas laborables. Las anoto en un papel como lista de supermercado: llamar a xxx, checkear yyyy. Puro entusiasmo.

10 hs: ya respondí mails y completé mi listita de tareas para el día. ¿Y ahora?

10.30 hs: chateo un poco, pero es muy temprano. Postergo un mail para más tarde. Temo no tener suficiente con qué entretenerme.

11 hs: me hago un café con leche. En la taza-balde que la generosa oficina me proveyó en mi primer día, vuelvo 1/2 litro de leche descremada larga vida La Serenísima (mi favorita) que la empresa me provee cual ternero generosamente día tras día.

12 hs: trabajé un poco. Falta apenas una hora para planear el almuerzo.

13 hs: salgo a pasear. No puedo volver antes de la 1 y 1/2 y nadie me interesa lo suficiente como para compartir mi preciosa hora y pico de libertad. A veces canjeo aire por éter y me quedo chateando.

14.30: hago todo lo posible porque mi regreso al escritorio suceda a las 15.15 hs. No tengo ganas de hacer nada. No tengo hambre, por lo que entretenerme con un mate queda fuera de toda posibilidad. La gente está ocupada, trabajando o lo que sea qué hacen y yo me marchito. Empiezo a deambular por blogs. Me digo que debería hacer algo con mi tiempo. Escribir, dibujar, pensar cosas que me traigan felicidad... Pero el cerebro no me funciona en esa dirección. Empiezo a chatear con gente con la que no tengo mucho para intercambiar. De pronto me pongo productiva e imprimo cosas. Ya trabajé, no tengo más para hacer. Saco turno para un masaje.

16 hs: busco refugio en el baño. Me duermo 10 minutos.

17.20 hs: me pongo a escribir esto. Me entretengo al fin.

17.30 hs: falta sólo 1/2 hora para que me abran la jaula- Soy feliz.

17.45 hs: retrocedo 40 casilleros: viernes, a un paso de mi libertad y de una sesión de masajes, la mina quiere ver lo que trabajé a la mañana. Que no me vengan a decir que no lo hizo a propósito.

4 comentarios:

Alicia R. dijo...

Hay dos situaciones laborales odiosas: que no tengas nada para hacer, o que tengas tanto para hacer que no hay tiempo ni para ir a hacer pis. Yo suelo estar más en la última, así que te envidio ;-) Besos.

Muppets de Balcón dijo...

Querida Alicia:

Al parecer, cualquier situación de oficina es odiosa.

Besos :o)

giselisima dijo...

A mi me pasa lo mismo.Hya dias que no vuela una mosca y hay otros que salgo con la caeza quemada.
Y para colmo yo no tengo internet..en la oficina...

Muppets de Balcón dijo...

¿No tenés internet en la oficina? No sé que es peor: si no tener o tenerlo y que te lo prohíban (como me hicieron una vez en un trabajo)

Salud!