viernes, 3 de mayo de 2013

Con el inconsciente al aire


Hoy caí en la cuenta de que mi inconsciente es Alice in Wonderland. Mezcla de fantástico con creepy y a la vez femenino e infantil. Muchas veces me pregunté si eso cambiaría con los años y al parecer, no. Mis sueños siempre tienen algo de esa cuota. 
Por ejemplo, ayer, sonié con un bichito multicolor que se quería quedar a vivir en mi casa y yo lo mandaba a volar desde el balcón. En el medio, el bicho me trataba de negociar "casa y comida" "un lugarcito entre el pinito y el aloe" y yo dudaba. Me trabajaba la culpa entre suspiritos, pero finalmente yo le decía que no, que se tenía que ir aunque me daba una pena tremenda.

Me pregunto si los demás inconscientes también tendrán una especie de personalidad. Sería lindo reunir a los inconscientes de mis amigos en un cocktail. Me imagino las charlas: uno con cabeza de tomate y cuerpo de Bob Esponja con anteojos de Sorrouille le dice a otro que siempre anda para todos lados con una sombrilla: "los bichos usan copyright," en un intento absolutamente fallido de hablar de clonación. 
Habría una cierta lógica hudiza, pero sería el oído lo que en realidad motorizaría la acción. Porque de clonación sale clonazepán y cloaca y se van todos a buscar un baño y en el medio se olvidan de lo que fueron a hacer y aparecen en una  terraza tratando de razonar con un bicho bolita.

A veces me gustaría tener a mi inconsciente frente a frente. Sería imposible un diálogo, porque yo le preguntaría: por qué me complicás tanto entender los sueños y ella me diría "cactus es ajedrez" mientras se come un dentifrico. Estaríamos así hasta el infinito: yo tratando de entender, ella divertidísima bailando alrededor de unas luces de Navidad.


2 comentarios:

Mer (ex Tulip) dijo...

Qué lisérgico!!
Bueno, menos mal que te hace lío en los sueños y ya...

Muppets de Balcón dijo...

Hola Mer! Bueno, a veces también hace lío afuera...