Por Muppet M
El otro día me peleé con mi marroquinero. Le dije que nunca más volvería a pisar su local porque por su culpa me quedé sin mis sandalias preferidas.
No se lo puedo perdonar. Se las dio a OTRA. OTRA se quedó con lo que era MÍO. MIS sandalias. Negras, con una tira al tobillo y una forma medio rara que cubría el pie y que siempre cosechaba elogios. Lo peor, es que ni siquiera eran mías. Fue una permuta de verano: yo iba a salir con un chico que se merecía un buen par de sandalias y justo mi amiga pasó por casa a pedirme un vestido. "A cambio de tus sandalias," le dije. No la dejé irse descalza: le di mi mejor par (mi amiga tampoco se merecía menos) que no iban con lo que pensaba usar.
Pasó el tiempo y me fui encariñando, terminado el verano iba a iniciar el trámite de adopción permanente y para tal fin se me ocurrió mandar a limpiarlas y ahí fue cuando sucedió la tragedia.
El otro día volví a reclamarlas. Aunque con culpa. Me acodé en el mostrador sin decir nada, él insistió en pagarlas, me dio pena. Le dije que mis palabras hirientes habían sido un arrebato, eso de que otro embetunaría mis botas y pondría sopapitas a mis tacos y que lo de cambiarme las punteras ya era parte de nuestro pasado, todo era producto de mi enojo.
"Nos vemos, linda. Volvé cuando quieras," fue nuestro último recuerdo. Lo nuestro ya era tan irreversible como un zapato.
6 comentarios:
que horror! yo hubiera llorado tannto y gritado al mismo tiempo.. como se las va a dar a otra persona? !
terrible!
... no?
bue...
Ahora: la foto que tiene que ver? esa sos vos con las sandalias?
saludos!
:)
Querida Maga del Algebra:
El dolor es inexplicable. Recorrí todos los locales de la marca, incluso el outlet (como consuelo me compré unas sandalias violetas que, como no reemplazan la pérdida, aún ni las saqué de la caja). Ahora me puse en contacto directo con la empresa a ver si tienen algún par de sobra por ahí, pero me piden el "código del producto".
Besos
Mar en coche:
La foto es porque la cara de culo bien podría ser la mía (y porque es de la página de la marca de zapatos).
Besos
ahaahahahahahhaha
Me encantó. :) (*)
Ahora, lo que me pareció ambiguo, tal vez genialmente ambiguo, es la frase final. ¿Deberíamos esperar segunda parte?
Besos, y seguí trotando.
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(*) Florencia Fabbiano también, pero vos le hacés sombra.
Querido Sebastián:
Podría haber segunda opotunidad si tuviera un gesto heróico como conseguirme las sandalias, porque averigué con la empresa y no, no las hacen más, nunca más (a mi amiga le ofrecí comprarle otro par, pero se quedó con las sandalias que le había dado y está contenta).
De todas maneras, como suele suceder, ya tengo otro :)
Y parece que va bien: me arregló unas botas... Cumplidor y complaciente.
No sabía que la chica era Florencia Fabiano. En realidad, no sé bien quién es.
Besos
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