lunes, 12 de julio de 2010


Por Muppet M

El otro día me dijeron que en el cuerpo hay 10 mil kilómetros de arterias.
Los mismos que recorro cuando me subo a un avión.
Pero yo insisto en alejarme físicamente de algún lugar mental.

Hoy aprendí una palabra nueva: arrachada. No la encontré en el diccionario, pero vendría de la meterología y haría mención a algo desigual e intermitente (rachas, vientos, raptos) que se sostiene de alguna manera extraña.

Es raro pensar en todo lo que hay que hacer, sostener, construir, etc. Cuando hay otras cosas que se mantienen por sí solas de manera inexplicable: la Tierra en su eje, los polos opuestos, los imanes pegadizos.

Hoy soy una burbuja, un panadero, un copo de nieve. Cosas que se rompen con un soplido. Milagros que se sostienen en el aire, que es donde está casi todo lo que existe y sin embargo no lo puedo tocar.
Puedo tocar la tierra, puedo tocar el agua. Podría ser arriesgada y tocar el fuego.
Pero no el aire no lo puedo tocar.

Hoy soy todos los climas, todas las geografías en un mismo lugar, todas las cosas que pasaron y podrían pasar.
Podría vivir en dos husos horarios, por ejemplo. Podría ser dos personas en una: mi antes y después. Avisarme a mí misma qué pasa el día después, ser una evasora de consecuencias, no pagarlas nunca.

Soy un viento arrachado, envuelta en una ráfaga que hace subir el calor en este frío polar.

El calor adentro del frío.
El calor y la humedad
El calor y la humedad condensados hasta el final.

Podría desatar un huracán.


No hay comentarios: