sábado, 21 de junio de 2008

Necrológicas

Por Muppet M

Y llegó el día en que me engripé tanto que creo que me morí.
Tras incubar vaya a saber qué cosa inoculada en algún tiempo que desconozco, caí semi inconsciente del agotamiento y no me levanté sino hasta casi 5 días después. No podía leer, ni ver tele, ni sostener ninguna conversación con las personas que me venían a ver, hubo quien incluso me instaló wi fi para que yo pueda navegar desde la cama (y así es como se ganó un lugar en mi corazón).
Tuve tanta fiebre que deliré hasta convertirme en una especie de Linda Blair o en algo parecido a un medium que dialoga con los muertitos, Michael Jackson bailando Thriller, yo desde la cama hacía así con las manitos, mientras de la nada se abrieron los sarcófagos de los ex files que se enteraron lo del wi fi y con la excusa de visitarme vinieron a asustarme en patota: los prehistóricos, los antiguos, los que revivieron, los que nunca se fueron, los que nunca volvieron, los nuevos, los que serán ex, los que nunca se sabe, los que vuelven a ser, los que nunca serán... Bailen, bailen, desplieguen su aroma a Tánger, recuerdos en descomposición. Vamos, muestren su gracia.

Fiambre, momia, cadáver, esqueleto de placard... Todos iban a parar a la fosa. No importó si había sido de muerte natural, enfermedad, se suicidaron o yo los maté, bye, se van, juiiira luz mala. Palada de tierra.
Hasta que le llegó el turno y no supe que hacer. Tenía pulso, estaba agonizante, muy parecido a mí en estado gripal. Casi que me pedía el rifle sanitario, me miraba con esos ojitos. Pero no tuve el valor. Y también sentí miedo: de que se convirtiera en zombie y me aceche en alguna esquina inesperada de la ciudad, en una cornisa, detrás de una puerta, ahí en el vértice donde dicen que se amontona lo que no fluye.
Intenté respiración boca a boca, abrazarlo para darle calor, hablarle para que no se desmaye, masajes en el corazón... No había grandes signos vitales, pero los ojos todavía le brillaban mucho, y me miraban como si yo fuera inalcanzable, como si él no pudiera alcanzarme cuando era tan fácil todo, no había que hacer nada.
No supe qué hacer con él, como él tampoco nunca supo que hacer conmigo. De pronto me subió más la fiebre. Tiritando, fui a buscar hielo y ahí se me ocurrió, entre la carne picada y las presas de pollo: entraba justito.
Tal vez se quede ahí como Walt Disney, un mito eterno. Tal vez un día haya razones para descongelarlo, aunque más no sea para comprobar la fecha de vencimiento. O en una de esas, cuando vuelva el calorcito, se convierta en un helado de turrón de chocolate que volverá a derretirse mientras yo también me derrito mientras sucede la combustión espontánea que consume todo alrededor.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy lindo el post, no tan lindos los ghosts. Los fantasmas, sobre todo los que van y vienen por el tunel del tiempo, no son de querer morir ni dos ni tres veces. Por ahi no queda otra que hacerse amigo. O hacer como el señor Otis con el fantasma de Canterville, tan solo pedirle que compre Lubricante Sol Naciente de Tammary y aceite sus cadenas para no hagan tanto ruido por las noches.

Beso y cariño.

Alicia dijo...

Jejeje, lo hiciste nena, felicitaciones! Hace falta valor para mirar a la cara a los fantasmas, y más para distinguir entre tanto espectro lo que es real.
besote,
A.

Muppets de Balcón dijo...

Querido mr_wrong:

¡Qué buen consejo! No se me había ocurrido la posibilidad de hacerme amiga. Gracias. Por ser un mr_wrong, Ud. parece estar muy en lo cierto.
Besotes.

Querida Alice:

¿Viste? Dicen que los fantasmas sólo quieren que los reconozcan, así que una vez que los nombré, se calmaron. Gracias por el consejo.
Besos!

Anónimo dijo...

Querida Muppet TM: el apelativo no fue de mi eleccion sino que me fue impuesto con alguna justa razon, por lo que, de ser Ud, dudaria que los de mas arriba fueran consejos. Por suerte ahi lo tiene a Mr Shull, que ostenta farmacia y quizas le venda algun Off para fantasmas.
Que se encuentre mejor y haya vuelto a soñar con ovejitas de peluche.
Azarozamente suyo, le dejo besos.

Muppets de Balcón dijo...

Querido mr_wrong:

Me hizo reír mucho con lo de la farmacia, es Ud. muy ocurrente. Los fantasmas dejaron de rondar. Curiosamente, su no consejo funcionó y ahora vamos juntos al shopping, charlamos en el subibaja y a veces me hamacan tan fuerte que después tengo sueños de vértigo, de esos que están buenísimos. También hay ovejitas de peluche que pastan mientras yo me tiro a rodar por la barranca entre flores amarillas, como las niñas de la Familia Ingalls (a veces me dan unas ganas tremendas de tirarme así por la barranca de la Plaza San Martín, a la hora del almuerzo, tal como hacía de chica en una barranca que queda por San Isidro).
Muchos besos,
TM

Anónimo dijo...

Querida TM: ya que se rocio con Fritolim, se la sigo siguiendo con otro comentario mas:
1) alegrome mucho con que pueda compartir charlas, hamaca y subibaja con los fantasmas. Eso si, que el fantasma la acompane al shopping es muy poco creible. O ese pibe tiene segundas y terceras intenciones.
2) No se que la detiene de ponerse el vestido de Laura Ingalls y tirarse por la loma de la Plaza San Martin en hora pico. De no existir este problema de la distancia hemisferica, con gusto le haria el awante. Cuento con un traje blanco, tipo Barry Gibb, para la rodada; y gran experiencia en culi-patin espontaneo en mi ninez en las barrancas del rio Salado.
Van algunos besos, que tenga buen finsemana.

PD: Queda muy lindo su blog leido para atras en el tiempo. Cual es el paradero de la Mujer Imperfecta? Estara en reparaciones?

Muppets de Balcón dijo...

Querido M_W:

No sé qué me detiene a desbarrancar. Capaz un día me hago las trenzas y me tiro, suelta de palomas incluida.
El traje de Barry Gibb me da un poco de miedo. Creo que tendré pesadillas (sólo espero que el atuendo no venga con zapatos blancos).
Qué bueno que el blog, hacia atrás, no traiga mensajes satánicos (aunque no sé...). ¿Encontró algo entre líneas?

Besos

P/D: Aunque no la veamos (en el blog) La Mujer Imperfecta está presente siempre.