Por Muppet M
Yo comprobé varias veces el poder de lo que uno desea: se cumple sistemáticamente. Pero de veras que se cumple. No me da para exponer todas las cosas que se me cumplieron (de manera caótica, por supuesto. La vida tiene un extraño sentido del humor), pero es así: lo pedís, lo tenés. Y por eso dicen que hay que tener mucho cuidado con lo que uno desea. Una vez dije "qué ganas de tener wifi en casa" y el Guasón que gobierna esta vida localoca me lo trajo en avioneta.
Uno pide, la vida concede. Pero en lo que no hay acuerdo es en el cómo. Otra vez dije: "qué ganas de tener un tiempo sabático para escribir" y ahora se me dio: tengo todo el tiempo del mundo y es una obviedad que no tengo ni la menor idea de qué hacer con tanto. Porque el Guasón que te cumple los deseos es una especie de paciente psiquiátrico sin metáfora ni dimensión. Si uno pide tiempo, TE DA TIEMPO. TE DA TODO EL TIEMPO DEL MUNDO.
Siempre hay trampita porque, claro, es Guasón y le gusta divertirse. Y a veces yo me enojo. Le digo que me deje de joder, que ya entendí el chistecito y que no es gracioso. Pero me sigue haciendo bromiscuas porque no se trata de entender, sino de divertirse y me trae gags que implican un gran esfuerzo de producción, como revivir a Paolo (sin vincha) que como está en rehabilitación come chupetines de marihuana traídos de Holanda y también bocaditos Holanda, aunque no muchos porque sufre de gastritis crónica y aguda. La falsa sinapsis lo lleva a contarte 100 veces el mismo monólogo y no omite ningún detalle: la villa, las hemorroides, los fracasos y la paranoia de que todos se drogan menos él y prueba curarse los malestares físicos ubicando el chupetín en espacios inexplorados mientras canta alguna canción de Abba en Sueco.
Risas.
Luego viene el cuadro de destrezas: patadas voladoras de mujeres acróbatas se esquivan con sabiduría zen y así logran dar vuelta el impacto y dicen: sarodalov sadatap.
Yo comprobé varias veces el poder de lo que uno desea: se cumple sistemáticamente. Pero de veras que se cumple. No me da para exponer todas las cosas que se me cumplieron (de manera caótica, por supuesto. La vida tiene un extraño sentido del humor), pero es así: lo pedís, lo tenés. Y por eso dicen que hay que tener mucho cuidado con lo que uno desea. Una vez dije "qué ganas de tener wifi en casa" y el Guasón que gobierna esta vida localoca me lo trajo en avioneta.
Uno pide, la vida concede. Pero en lo que no hay acuerdo es en el cómo. Otra vez dije: "qué ganas de tener un tiempo sabático para escribir" y ahora se me dio: tengo todo el tiempo del mundo y es una obviedad que no tengo ni la menor idea de qué hacer con tanto. Porque el Guasón que te cumple los deseos es una especie de paciente psiquiátrico sin metáfora ni dimensión. Si uno pide tiempo, TE DA TIEMPO. TE DA TODO EL TIEMPO DEL MUNDO.
Siempre hay trampita porque, claro, es Guasón y le gusta divertirse. Y a veces yo me enojo. Le digo que me deje de joder, que ya entendí el chistecito y que no es gracioso. Pero me sigue haciendo bromiscuas porque no se trata de entender, sino de divertirse y me trae gags que implican un gran esfuerzo de producción, como revivir a Paolo (sin vincha) que como está en rehabilitación come chupetines de marihuana traídos de Holanda y también bocaditos Holanda, aunque no muchos porque sufre de gastritis crónica y aguda. La falsa sinapsis lo lleva a contarte 100 veces el mismo monólogo y no omite ningún detalle: la villa, las hemorroides, los fracasos y la paranoia de que todos se drogan menos él y prueba curarse los malestares físicos ubicando el chupetín en espacios inexplorados mientras canta alguna canción de Abba en Sueco.
Risas.
Luego viene el cuadro de destrezas: patadas voladoras de mujeres acróbatas se esquivan con sabiduría zen y así logran dar vuelta el impacto y dicen: sarodalov sadatap.
El público hace oooooohooooo.
Como está de moda el aqua dance, se rompe un caño; un plomero sobreprotector no puede explicar el problema sin que el público largue risotadas porque cualquier descripción tiene doble sentido. "Vengo dos horas y te limpio la cocina. Si metes la mano acá vas a ver que ahora chupa bien," etc.
El público delira, pero aún falta el camillero que vive convencido de que trabaja en una peluquería, el médico de guardia siempre quiere jugar el doctor con la paciente, la carrera de momias entre internados, la enfermera que se cuestiona si le gusta su trabajo y dice "soy fea, maestro" y en este caso es realmente fea, pero nadie se da cuenta porque en un hospital todos están bajo el efecto de la morfina y Paolo se pone del orto: "son todos drogadictos, son todos drogadictos y no lo soportoooo".
Aplausos
Paolo cae en la tentación y se pone a aspirar las cuerdas de su guitarra, se le pincha uno de los intestinos inflamados por la gastritis y el humor escatológico inunda la sala. Paolo muere y cuando se eleva saluda con la mano que tiene uñas largas con la que toca la guitarra y rasca las espaldas (es un gran guitarrista de jazz, pero todos fingen no saber lo chiflado que está). "Que tengan una buena vida", se despide antes de sentarse a comer puré de zapallo y zanahoria, porque en el fondo es un buen tipo, Paolo, casi tan bueno como Piero. Y la gente buena no se droga ni toma agua en las comidas y siempre juzga a los demás.
Standing ovation.
El Guasón me mira: "¿Y? ¿te gustó?". Me apuro a decir que sí, por las dudas.
A los locos hay que correrlos para el lado que disparan.
Luego me quedo callada un rato. Lo pienso mejor.
Claro, no se trata de entender.
La vida es rarísima.
2 comentarios:
Querida Colorubela:
el txt fatal me hace rememberar, al decir de la vecina boricua, a aquella cancion de Mr SayNoMore que decia algo asi como "todo lo que ves o es/como la imaginacion/se junta con total interferencia". Congrats por el nuevo booko.
Multiples bss.
Querido Mr Wrong:
Múltiples besos para Ud. Espero que ya esté de regreso :)
Besos
Publicar un comentario