domingo, 14 de junio de 2009

Deshojando mis daisies



Por Muppet M

Me gusta y no me gusta, esos son los temas de los post anteriores.
Ojalá algunas cosas fueran tan simples: quiero o no quiero. Pero yo tengo más variantes que esas: quiero y no quiero. Quiero y después no quiero. No quiero y después quiero. Quiero y quiero, quiero, quiero... No quiero y no quiero.

A veces quiero pero no debo.

También está la variable de lo que puedo, pero esas serían margaritas de otro costal.

A todo esta combinatoria infinita donde hay que sumarle lo que el otro quiere, debe, puede.
Y no alcanzan tantos campos de flores.

Cuando era chica solía vagar por las praderas y, por supuesto, deshojaba florcitas. La duda no terminaba, se convertía en un impulso del cuerpo que no se calmaba tampoco ni con el último pétalo arrancado; la mejor parte era apretar el centro, el polen, y hacerlo llover como grana hasta que los estambres quedaban vacíos.
Ahí, entonces, al menos ya no quedaba nada.


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