miércoles, 26 de agosto de 2009





Te encuentro donde no te busco, en las líneas en blanco, entrelíneas, entre imágenes superpuestas.

Enciendo la luz y todo encuentra rápido su lugar.

Hay cosas que no encuentran jamás el tiempo ni el espacio. Que se superponen. Que viven en esas pausas de contratiempo y tienen esa impronta. Como un yuyo que crece en el desierto o cosas así, a contramano.

Y qué es mejor: que sean así o darles un lugar para que crezcan.

No sé.


***


Sueño que te encuentro en unos años y te cuento que pasó después. Tal vez no haga falta. Tal vez no sea necesario que pase tanto tiempo para contarnos que estamos bien.


***


Tengo este vicio de preguntarme por aquellas cosas que no tienen demasiada explicación ni pueden ser premeditadas. Hay en mí una búsqueda que a veces me quita el sueño. A veces aparecés ahí para darme una respuesta que no logro descifrar porque no tiene ningún mensaje oculto.

Como, por ejemplo, que vos sos vos.
Lo que es, es.

Lo que no es, no es.

***


Me dijeron que el amor no es como el frío o el susto. Que no es algo que esté por fuera y suceda por asombro (vaya descubrimiento). Que el asombro es cuando pasa el tiempo y algo cobró forma y uno se da cuenta que es capaz de sentir algo sin explicación.

¿Es un movimiento no mecánico? Me sale pensarlo así: un movimiento.


***


Hace poco vi caballos, me explicaron la diferencia entre un overo, un lobuno, un mestizo y un pura sangre. Vi una clínica donde los rehabilitaban. Eran unos caballos robóticos que pastaban mansos con cicatrices que se veían desde lejos. Una yegua tenía marcas de cesárea, pero su condición de animal hizo que se olvidara que tuvo potrillos.

No sé nada de caballos, sólo que viven veinte años, que el azúcar les trae anemia y que para domarlo hay que hacerse amigo.

No puedo dejar de pensar en ese potrillo olvidado, en esa yegua ensamblada, reconstruida, que conservan para ensayos y errores.

La vida es un borrador y hay que equivocarse, dijiste. Gracias por el consejo involuntario.


***


No te pude contar lo de los caballos. Nos cruzamos a destiempo.


***


Hay cosas que no tienen explicación y tal vez está bien que sea así. Como que soy capaz de quererte aunque no estés conmigo. Deseando que estés bien, sabiendo que así es.



6 comentarios:

Santiago Maisonnave dijo...

Bueno, Muppet, yo a veces no estoy seguro de que el amor no sea como el frío o el susto.
Excelente texto, había ganas de pasar y encontrar uno así.
Saludos.

Muppets de Balcón dijo...

Querido Tres Caídas:

A veces hay sorpresas inesperadas, como conocer a alguien que genera sensaciones. Pero al parecer el amor sólo existe si uno es capaz de sentirlo. Quise decir que no anda dando vueltas como un fantasma en un purgatorio esperando posarse en algún lugar o que uno debe atrapar, sino que es algo que uno va armando con otro.
Así dicen.
Besos

Santiago Maisonnave dijo...

Sí, sí, querida Muppet, creo haber entendido lo que quiso decir (con la limitada certeza que se tiene en estos casos, claro está); y yo digo que en general pienso igual que usted, pero a veces... a veces dudo. A veces se me hace que el amor es como una trompada en la nuca, o, para recuperar su metáfora (bastante más lírica), como un fantasma en un purgatorio: algo externo, que nos asalta y nos conmueve (dulcemente, o con cierto aturdimiento). Lo que se construye con el otro (o la otra), de eso estoy seguro, es la relación que aloja a aquel fantasma. Y la corto acá, porque sino voy a empezar con las imágenes de las plantitas que se riegan, y esas cosas, y no queremos eso, ¿verdad?
Nada, le mando un beso, qué tanto.

Muppets de Balcón dijo...

Me gustan las plantitas que se riegan. O las brasas que alimentan el fuego y esas cosas tan hogareñas que se usan para describir el amor. Cursi, kitsch, anche berreta...
El amr es así.
Y lo que sigue no puedo evitarlo. Es un canto de sirena.


El amor es así...Lo sé
Es como tocar al cielo
Algo mágico en el aire

¿Qué mas puedo pedir? Lo sé
Si todo me parece un sueño
Donde siempre soy el dueño
Eso es el amor para mí

Pero mi libertad... no,
No la cambiaré
Quiero seguir siendo
Siempre infiel

Mi destino es volar, lo sé
Soy ave de libre vuelo
Un camino que no tiene fin

A la hora de amar estoy
Y me entrego sin medida
Doy el alma por la vida
Pero al final soy adiós

Haiku dijo...

No es como el frío, pero a veces te deja congelado.

Muppets de Balcón dijo...

Querida Haiku: congelada, caliente... de todo a la vez :)

Besos