martes, 4 de septiembre de 2007

Elegante sport

Por Muppet M
Resulta que el otro día fui al cumpleaños de F., una compañera que conocí en un posgrado concheto. Ella es oriunda de la ciudad natal de Norita y aunque tenga nombre rancio es muy, muy simpática, toma Fernet, tiene una tía muy copada que le hace extreme makeovers a los linyeras y que una vez le regaló una camioneta M. Benz porque a ella"no le gustaba mucho usarla" (lo que se dice, una tía copada) y básicamente no se toma a sí misma muy en serio y por eso me cae bien y por eso fui a su cumpleaños.

Pero, claro, había olvidado que F., dada su rancia extracción, no puede evitar casarse con uno de su casta y tener de amigos a los jóvenes exponentes de la más cremosa oligarquía.Conmigo nadie nunca se podrá confundir jamás porque a primera vista queda claro que no soy una de ellos. Pero de alguna manera siempre estuve rodeada de "gente bian" y por eso los sé tratar: hablo su idioma (con acento, claro) y no comento gaffes. Como no desentono, me integran al círculo y es así que yo puedo observarlos a piacere.

En la reunión estaba mi querido amigo Sangucherretea, un extraño espécimen si los hay: uno de ellos en sus formas y apellido, en sus pruritos y en la papa en la boca. Pero hay algo que siempre lo convertirá en un inadaptado y es que la acidez constitutiva de Sangucherretea corroe la regla número uno de la estabilidad de este microclima: jamás, pase lo que pase, debe uno incomodar(los).Y él es especialista en decir todo lo que piensa. Con el agravante de que es muy inteligente, sensible y se cuestiona cosas (quiebre de regla número 2: cuestionar(se) no forma parte del funcionamiento de este ecosistema).

En aquella reunión, Sangucherretea tuvo la ocurrencia de hablar con J.(una chica muy castrense, detentando un puesto altísimo en una compañía ultra top) y para sacarle tema le habló de que había visto la campaña que J. había hecho. Claro, lo que siguió a "vi tu campaña", fue el comentario de que la tierna imagen orientada a un producto para bebés parecía más bien una imagen de enfermos terminales (por dio… se está refiriendo a bebés…).J. abrió grandes los ojos y la boca, se rió nerviosa y con voz muy aguda gritaba "Ay, ¡¡¡Sangu!!!! ¡Nooo!". Pero lo que la inquietó no fue la comparación tétrica, sino que alguien no había respetado la etiqueta comme il faut: decir que la campaña era "espléndida", con la sonrisa apretada y la mirada vacía.

Lo más raro de todo es que Sangucherretea no hace estas cosas para divertirse y escandalizar, sino que las hace intentando funcionar en este microclima, a pesar de sí mismo. Nunca termina de aceptar que,aunque tenga la cuna, ese no es su mundo.Nadie que cuestiona cosas, dice lo que piensa y piensa lo que dice puede pertenecer ahí.

2 comentarios:

Lady Kelvin dijo...

jiiii! Me identifico, también asisto de vez en cuando a este tipo de eventos y me encanta observar todo, confieso que con cierta sorpresa.
Claro que no tengo un amigo como Sangucherretea, por lo que la sucesión de "sonrisas apretadas/miradas vacías" se van pisando a lo largo de la velada. Todo su comportamiento resulta directamente proporcional al diámetro de mis ojos.
Saludos

Muppets de Balcón dijo...

Querida Lady K:

Esta clase de salidas antropológicas no tienen desperdicio...