martes, 24 de febrero de 2009

Cosas que leo cuando estoy inmovilizada en algún subte

Por Trotamundos
Los hombres fríos destruyen a las mujeres. Las cortejan con algo afable que sacan para mostrarlo, algo anexo a sus almas como un invernadero falso. Te llevan hacia él y crees que ves la vida y la vitalidad y el sol y el verdor y después, cuando los amas, te llevan a su verdadera alma, un salón lleno de corrientes de aire, arqueado y abovedado, un lugar que se burla de tí con sus ecos... Oyes como todo lo que has sacrificado, todo lo que diste aterriza con un ruido sordo y fuerte. Cierra el invernadero con llave y pronto tú eres tan chiquita como una figura desdibujada en un plano de arquitecto, un borrón sin cara, una mancha de miembros como palitos, abandonada en un voluminoso desierto de piedra.
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- Tu padre escribía música (...) pero nunca la compartió con nosotros (...) A pesar de su talento, o tal vez porque lo tenía, oía sólo la maquinaria, los sonidos metálicos, los chisporroteos. No sentía nada. Ninguna compasión (...) y yo creía que crear algo era necesariamete un acto de amor o compasión.
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Ella llora, derrumbada sobre la cómoda y sueña que alguien por detrás se inclina para sostenerla (...) Pero no hay nadie, sólo mi padre, sentado del otro lado de la habitación (...) tiene los brazos cruzados detrás de la cabeza como un hombre de vacaciones, pero no está relajado. Sus rasgos se acomodan en lineas rectas, violentas.
- Tu parálisis (...) -llora mi madre- es algo que tal vez no puedes evitar, pero tu frialdad es algo que tú le haces al mundo
Él levanta un pastillero de porcelana (...) lo arroja con fuerza, lo estrella contra la pared.
- Eso es lo que tengo que decirte. No pienso tener nada que ver con esas escenitas tuyas.
Y se va, cierra la puerta de un golpe.
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Ten cuidado con un hombre que dice que te quere, pero es incapaz de una confesión apasionada, de derretirse en un sollozo. Eso es lo que anda mal con la gente fría, no tienen hielo en el alma, sino que insisten en que cada una de sus palabras, cada uno de sus actos, sean un espejo de ese hielo. Nunca aprenden la belleza o el valor del gesto. La necesidad emocional. Para ellos, todo es sinceridad, sinceridad antes que belleza, verdad antes que arte. El amor es arte, no verdad.
(Lorrie Moore, "Lo que se llevan", del libro Autoayuda)

2 comentarios:

Makafu dijo...

Realmente conmovedor, nunca me lo había planteado de esa manera.

Un saludo!

Muppets de Balcón dijo...

Makafu:

Muy, muy recomendable esta escritora.

Saludos!