Por Pablo
sentados en una cama / junto a mi abuelo enfermo de sus 25 años de diferencia con mi abuela / me encuentro con mi madre a sus quince / la culpa no la tiene mamá / pero la lleva como su más bella cartera / ayer mientras hablábamos ella lloraba dos copas de vino / un secreto añejado / siempre decía nunca me compro ni un par de medias y ustedes / nosotros siempre algo / mi hermano menor devoto de un par de tetas siliconadas / el mayor se viste de colegiala por las noches / y yo me hago piercing en el prepucio / pero seguiremos sin entender que nos motiva hasta que no conozcamos el secreto / mi abuela está tan hermosa en esa foto del casamiento de mis padres / en toda familia hay un placard que se muda siempre cerrado / y muchas tías confabuladoras frígidas y mal pintadas / en mi familia se mueve lento / la mentira / en cada relato / cosida la boca de mi madre / por niños cinco años mayores que ella en una habitación de techos altos / mientras mi abuela aceleraba emociones / en otro lugar / para que su desvío se accidentara y falleciera algunos años después mientras mi abuelo seguía en la cama / sin que nunca nadie supiera / excepto mi madre / portadora de ese secreto que lleva en la cartera / ahora que va al baño a mojarse la cara / porque tanta lágrima detrás de los lentes queda mal / y nosotros somos una escalerita perfecta / el peldaño mayor / muerto y en nicho / y nosotros sin poder cumplir aún su voluntad de arrojar sus cenizas al mar / cuando ella vuelve del baño empiezan a cerrar las persianas / y sé que aún queda abierto el descongelador con esa crisis de hielo seco / y ruido de motor / pero mejor la acompaño a su casa / en una caminata que se parece bastante a una procesión.
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