miércoles, 18 de febrero de 2009


Por Muppet M

Qué maravilla de ciudad. No me había dado cuenta de que que nos quedamos sin ItalPark porque era innecesario, porque tenemos todo para divertirnos: el tragamonedas en el colectivo, la montaña rusa en el tren y el Matterhorn en el subte. El más copado de todos, aggiornado al after hour. Nunca más voy a la Cream Fields: tengo la rave cada mañana y ¡por $1,10! Sólo le faltan las luces negras y, ahí sí, sale como trompada de Matterhorn cuando desnucó a la nena.
A nadie se le había ocurrido armar joda bajo tierra, pero a la ciudad sí y por eso puso molinetes. Porque los verdaderos revientes tienen que ser en lugares donde nada se distingue bien.
En ningun lado la paso mejor: avalancha, pogo, nada de campo vip; entrás derechito al centro del vagón a empujones solidarios. La música electrónica suena bien, es bien repetitiva: "Metrovías está probando sus sistema de audio." Yeah! Una vez adentro se te olvidan las neuronas, todos están tan colocados y la vibración es excitante. Es una comunión con el otro, somos uno, somos una gran flor de loto humana, mi brazo en tu brazo, la rodilla se me enreda en tu botamanga. Desde el aire debemos vernos hermosos y coreografiados como un video de Mambrú.
Eso sí: acá no se salta, pero respiramos al unísono. Abren la puerta: inspiro. Cierran la puerta: exhalo. El que se desincroniza tiene prenda y respira la bocanada del de al lado que aún saborea el madrugón en el paladar. Jaja.
¡Los beneficios no terminan ahí! También hay práctica de yoga: saco el libro, saltosaltopintopinto, descanso el codo en el único hueco posible que queda en el hombro de la señora de rulos "sí, nena, apoyate." La estética tampoco se descuida: en estas cámaras hiperbálicas, el calor colectivo acelera la eliminación de toxinas y juventud not dead.
El subte el insight nunca termina, la alienación moderna atrásatrás, se desintegra en cada pechito con pechito. ¿Bailamos? No, no. No señor, acá no se baila, acá nadie canta, pero muchos tocan. Somos cachorros cieguitos y nos adivinamos las protuberancias dudosas. No nos miramos tampoco, somos vaquitas de ruta, desenfocadas. Somos anchoas saladitas de transpiración. Somos la topadora del rocknenenen.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Querida Muppet: no puedo parar de reirme. Este mundo injusto es asi: su desgracia diaria es mi sonrisa de esta mañana :-)
PD: lo que Ud menciona como rave desde aqui se ve mas bien como lambada retro.
Multibesos

Anónimo dijo...

jajajaja, es el baile de la la vida cotidiana. Ni hablar cuando en el under boliche cada uno escucha su propia canción y de cada teléfono se construye una sinfonía con ritmo de reggeton, redoblantes de electrónica y voces latinas de melódicos ringtones en mix con el pipipipiiiiii o ring ring de las alarmas. Como si todo eso fuera poco, yo canto mi propio tema. Es que me encanta la música, pero no me gusta tapar el sonido ambiente con auriculares...
Cariños,
La Colorada

Muppets de Balcón dijo...

Mi querido Señor Equivocado:
Pocas cosas más divertidas que reírse de la desgracia ajena :)
Muchos besos pegajosos de calor.

Querida Colorada:
Una pregunta, Ud., que sabe tanto de cosas made in UK ¿no existió alguna vez un boliche llamado Underground con el símbolo del subte de Londres o estoy delirando?

Hablando de bailes cotidianos, ahora que lo pienso, en el microcentro no sólo hay una rave subterránea, sino que arriba también siempre suena alguna marcha. Bombombom, bbbommmbobmboonobonbon.
Hay tanta belleza en este mundo.

Besos!

Anónimo dijo...

Qeridas Muppets. No puedo dar plena fe de lo del boliche londinense, pero a mí también me suena.
En cuanto a la belleza de este mundo, parafraseando a la pelicula American beauty (como usted, supongo), hay tanta belleza en este mundo que duele. Duele, sobre todo, en los oidos!!
Cariños,
La Colorada (reportandose bajo la lluvia)

Muppets de Balcón dijo...

Querida Colorada:

La vida es un carnaval.

Besos!