lunes, 29 de diciembre de 2008
martes, 23 de diciembre de 2008

Por Muppet M
Años después me tocaría que otro me haga sentir la gran Mc Gyver y ahí entendí que no siempre las cosas tienen que ser así, que los cortes son despegajosos, que no se puede ser coherente todo el tiempo, que tanta hojalata biónica me había oxidado algunas vías de comunicación y por eso cuando me dan vino y estoy con tacos puedo llegar a decir cualquier cosa que no es del todo verdad sino pura exageración. Es la condición de bionicidad que hace que todo sea hiperpoderoso, hiperbólico. No me sale decir "mmm, qué hambre que tengo: me comería 1 tostado", sino que digo "quiero 100 tostados" aunque no sea verdad, nadie quiere 100 tostados.
Es lógico que el otro no sepa de la compulsión a la exageración que padezco. Pero a veces es peor explicar "mirá que yo hablo así, no te asustes."
Aunque hubiera sido más fácil googlearme, haber sido novios en otra época tal vez lo llevó a suponer que me tenía que encontrar a la vieja usanza. Que toparse con un recuerdo inesperado, como cualquier otro sentimiento embotellado, conduce a hacer cosas que tal vez no tengan más razón de ser que haberse cruzado con algo que estaba bajo siete capas de titanio. Y por eso lo lógico de un hombre alterado por la bionicidad es hacer un raid por toda la ciudad para ver si es posible encontrarme o, porque soy Trotamundos, suponerme en otra ciudad e imaginar cuándo podría tomarse un avión y escapar.
domingo, 21 de diciembre de 2008
martes, 16 de diciembre de 2008
Sismo Trapisonda #2
Parece que no se consigue, que va hacia sus lectores, que surge como todas aquellas cosas que se vuelven más interesantes cuando son de casualidad.
Pero acá hay algo de info.
jueves, 11 de diciembre de 2008
Este domingo, 19hs
Gabriela Bejerman
sábado, 6 de diciembre de 2008
Con la música a otra parte

Además me intimida un poco eso. Es como el test pre laboral: intenta sacarte la foto, pero decir "me gusta U2" no dice quién sos, qué botón te hace saltar la ficha. Tampoco dice mucho acerca de lo que dos personas tienen en común o si van a funcionar, ni dice nada acerca de la intensidad de la relación o si se vibrará en la misma frecuencia.
La música del otro es parte del descubrimiento que no se puede anticipar con un listado de ipod ni con ninguna pregunta. Sí, en el tiempo, puede ser un gran insight de las relaciones, un instrumento (apropiada la imagen) de otras cosas.
También puede ser que un día vas en un auto a algún lugar que queda muy lejos y el otro quiere que se escuche nada más que su música durante todo el viaje. No dice nada malo acerca de la tuya, simplemente no la tiene en cuenta. Ni la más mínima curiosidad de lo que te gusta.
martes, 18 de noviembre de 2008
Cementerio de teléfonos públicos
me protejo en la capilla
donde unos viejos celulares
con antena
lloran la sobrecomunicación
de este siglo
y se prestan carilinas
mañana mismo naceré
de las pestañas de un lector
poeta irresuelto catalán
que me vigila
frente al nicho
de mi padre
sentado ahí en el jardín
con sus lentes negros
y su gabán gris recién comprado
habla por un aparato gigantesco
y suena justo detrás
una cabina de la telefónica
con el vidrio astillado
cuando atiendo
una voz automática
pide que marque uno si…
y dos si…
y tres si…
pero sé que es él, el poeta
de nuevo, mi catalán
marco uno
y el mensaje se repite
marco dos y el mensaje se repite
y marco tres…
lunes, 17 de noviembre de 2008

Yo comprobé varias veces el poder de lo que uno desea: se cumple sistemáticamente. Pero de veras que se cumple. No me da para exponer todas las cosas que se me cumplieron (de manera caótica, por supuesto. La vida tiene un extraño sentido del humor), pero es así: lo pedís, lo tenés. Y por eso dicen que hay que tener mucho cuidado con lo que uno desea. Una vez dije "qué ganas de tener wifi en casa" y el Guasón que gobierna esta vida localoca me lo trajo en avioneta.
Uno pide, la vida concede. Pero en lo que no hay acuerdo es en el cómo. Otra vez dije: "qué ganas de tener un tiempo sabático para escribir" y ahora se me dio: tengo todo el tiempo del mundo y es una obviedad que no tengo ni la menor idea de qué hacer con tanto. Porque el Guasón que te cumple los deseos es una especie de paciente psiquiátrico sin metáfora ni dimensión. Si uno pide tiempo, TE DA TIEMPO. TE DA TODO EL TIEMPO DEL MUNDO.
Siempre hay trampita porque, claro, es Guasón y le gusta divertirse. Y a veces yo me enojo. Le digo que me deje de joder, que ya entendí el chistecito y que no es gracioso. Pero me sigue haciendo bromiscuas porque no se trata de entender, sino de divertirse y me trae gags que implican un gran esfuerzo de producción, como revivir a Paolo (sin vincha) que como está en rehabilitación come chupetines de marihuana traídos de Holanda y también bocaditos Holanda, aunque no muchos porque sufre de gastritis crónica y aguda. La falsa sinapsis lo lleva a contarte 100 veces el mismo monólogo y no omite ningún detalle: la villa, las hemorroides, los fracasos y la paranoia de que todos se drogan menos él y prueba curarse los malestares físicos ubicando el chupetín en espacios inexplorados mientras canta alguna canción de Abba en Sueco.
Risas.
Luego viene el cuadro de destrezas: patadas voladoras de mujeres acróbatas se esquivan con sabiduría zen y así logran dar vuelta el impacto y dicen: sarodalov sadatap.
El público hace oooooohooooo.
Como está de moda el aqua dance, se rompe un caño; un plomero sobreprotector no puede explicar el problema sin que el público largue risotadas porque cualquier descripción tiene doble sentido. "Vengo dos horas y te limpio la cocina. Si metes la mano acá vas a ver que ahora chupa bien," etc.
El público delira, pero aún falta el camillero que vive convencido de que trabaja en una peluquería, el médico de guardia siempre quiere jugar el doctor con la paciente, la carrera de momias entre internados, la enfermera que se cuestiona si le gusta su trabajo y dice "soy fea, maestro" y en este caso es realmente fea, pero nadie se da cuenta porque en un hospital todos están bajo el efecto de la morfina y Paolo se pone del orto: "son todos drogadictos, son todos drogadictos y no lo soportoooo".
Aplausos
Paolo cae en la tentación y se pone a aspirar las cuerdas de su guitarra, se le pincha uno de los intestinos inflamados por la gastritis y el humor escatológico inunda la sala. Paolo muere y cuando se eleva saluda con la mano que tiene uñas largas con la que toca la guitarra y rasca las espaldas (es un gran guitarrista de jazz, pero todos fingen no saber lo chiflado que está). "Que tengan una buena vida", se despide antes de sentarse a comer puré de zapallo y zanahoria, porque en el fondo es un buen tipo, Paolo, casi tan bueno como Piero. Y la gente buena no se droga ni toma agua en las comidas y siempre juzga a los demás.
Standing ovation.
El Guasón me mira: "¿Y? ¿te gustó?". Me apuro a decir que sí, por las dudas.
A los locos hay que correrlos para el lado que disparan.
Luego me quedo callada un rato. Lo pienso mejor.
Claro, no se trata de entender.
La vida es rarísima.
lunes, 10 de noviembre de 2008
jueves, 6 de noviembre de 2008
Kungfupandeando

En el calendario Maya hay algo que se llama "el día sin tiempo". Algo así como un día que no existe, un día de mentirita, que no tiene consecuencias, que no debió haber sucedido.
martes, 28 de octubre de 2008
En todas las librerías

Pablo Ali
Selva Almada
Agus Arias
Hernán Arias
Leandro Custo
Celia Dosio
Romina Doval
María Fasce
Germán Maggiori
Ariel Magnus
Lucía Marroquín
Maximiliano Matayoshi
María Molteno
Mariela Ghenadenik
Alejandro Parisi
María Sol Porta
Juan Terranova
Diego Grillo Trubba
Julian Urman
Alejandra Zina

Se dice que las mujeres somos múltiples, superpuestas, que nos anticipamos, postergamos o salimos a borbotones.
A veces pasan cosas muy raras. Como darte cuenta que fuiste la Su Giménez de La Boca durante 5 horas, bailando en medias de red de portaliga contra un Monzón tatuado pero lindo, Moria incluida haciéndote sanguchito mientras le zandunguea un reggaeton a Cacho Castaña cuando era joven y en el medio se pasea una conejita de Playboy que sale de la madriguera para ofrecer tragos por ahí a La Fredy que conversa con otro en un sillón y se le ve una liga y no deja de mirar a los 4 que no dejan de frotarse. Moria, Su, Cacho y Monzón hacen un scrun, las plumas de la boa se sueltan en cada roce y la temperatura de todos sube hasta que las orejas se ponen tan rojas como la boa y hasta las orejas de la conejita se ponen rojas y se convierten en cuernitos de diablita y no te diste cuenta de nada sino hasta mucho después, cuando termina la bruma de la fantasía y sólo queda sacarse el maquillaje y preguntarte ¿qué hice?
miércoles, 15 de octubre de 2008
Oda a la Mujer Imperfecta - o Muppet S
ELLA
se despierta a las 4.30 am
para navegar por internet
Es la disciplina
hecha mujer
ELLA
tiene valor y coraje
se juega hasta el fondo
por aquellas cosas que cree
Se define como "prusiana"
y a las 4.30 am
levanta la persiana
ELLA
Es ejemplo a seguir
un ser excepcional
Madre coraje
Programa el despertador a las 4.30 am
como cualquier ser racional
ELLA
De cuerpo y alma por sus ideales
por sus metas
Navega por ticketek
y pone el pecho a las tormentas
ELLA
consigue lo que nadie
o muy pocos
se levanta a las 4.30am
Y no se come los mocos
ELLA
¡¡¡¡¡COMPÓ PARA SUS AMIGAS ENTRADAS PARA MADDONNAAAAAAA!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Y es lo más
(Gracias, amiga)
viernes, 10 de octubre de 2008
Domingo 12 de octubre

Pablo Alí
lunes, 6 de octubre de 2008
Confesiones II
Estaba en una velada que de pronto se tornó musical. Piano, guitarra, clarinete y de repente a alguien se le ocurre decir "uy, ponéte el CD ese" y todos muy contentos recordaban la parte en que...
Y, culpa del vino, se me escapó: "no, yo no la vi".
OK, lo confieso: tampoco vi Cinema Paradiso.
sábado, 4 de octubre de 2008
El llamado
otra vez nadie más yo
quieto sin dejar de mover las manos
adelantándome en el café
en las tostadas
en la ventana fría
y en la imagen del estadio
vacío
con los murmullos del partido de ayer
otra vez
con la barba crecida
y esas canas que asoman entre los libros
salidos de mi biblioteca
los que no entran en mi biblioteca
todos sin leer
apuro el desayuno con dos cucharadas de azúcar
del frasco grande
la azucarera siempre vacía
con rocas secas en el fondo
y la hornalla encendida para calentar
el ambiente
otra vez nadie más yo
pese a la mujer que amo
desnuda recién
salida de la ducha
secándose en mi acolchado
y los libros sobre la mesa de luz
cubiertos de polvo
y boletos de colectivo
la miro a los ojos
y esa hormiga se me sube a los pies en la calle
otra vez a los teléfonos públicos
como si el llamado
fuese
la realidad
jueves, 25 de septiembre de 2008
Confesiones post invierno

Es que necesito hacer catarsis: nunca vi Mary Poppins.
Me acuerdo del día en que no la vi: era un domingo por la tarde-noche, yo tendría 7 u 8 años y volvía de la quinta de una amiga. No sé porqué en vez de llevarme a mi casa, me llevaron a lo de mi amiga y mientras esperábamos a que llegara mi papá, pusieron el video de Mary Poppins. A los 3 minutos, tocaron el timbre. Desconozco por qué nunca me decidí a alquilarla y terminar con aquella interrupción infantil.
A veces me siento en desventaja, como quien oculta un secreto espantoso. Por ejemplo, cuando alguien dice "eso es calibrafiglístico" o como sea que dicen los que vieron Mary Poppins que son como los que hablan jeringozo, yo me río, así, haha-sisi, y por las dudas digo "sííí, yo vi esa parte" y me miran, porque, claro, quién no vio Mary Poppins.
domingo, 21 de septiembre de 2008
martes, 16 de septiembre de 2008
Hábitat

Por M.I.
viernes, 12 de septiembre de 2008
Cómo rastrear el pasado con las letras
Sí, sí, el pibe la rompe.
viernes, 5 de septiembre de 2008
Mi astilla
I
el país de mis valijas
en las distancias que separan los aeropuertos de casa
una semana en el central park
sin saber dónde descanso esto que llevo
mi familia es letra en la infancia
de un idioma lleno de números
II
a través de la ventanilla
buenos aires es un río
de boyas grandes
y el horizonte perturbado de tanto viajar en avión
otra vez poner los acentos
en la heladera
y ese imán que compré en el museo
junto a la foto de mi sobrina
III
te digo que te quiero
y después te muerdo las comillas te saco los paréntesis
y te echo a la calle
y te escupo
andate de acá
a buscar tus repuestos a warnes
tus pasacasetes usado
sandá a pasear un rato por vos
hasta que te calmes
y te entiendas y me entiendas
y ya basta
IV
hoy te extrañé amiga
sigo sin poder rayar el auto
de esa mujer que me lastima
y me ama
y vuelve a lastimarme
le cerraré un día la puerta en la mano
y sin querer me lastimaré primero
manos torpes siempre las mías
V
el viernes un amigo recordaba su infancia en campo de mayo
la maravilla de los fusiles
y los tanques desde la mirada de un niño
sin padres
el hombre con astilla
VI
siempre recuerdo esa noche de lluvia
que fuimos con mi familia
herejes todos
a saludar al Papa que venía a mediar por Malvinas,
la autopista custodiada de impermeables negros militares
que no nos dejaron subir
VII
Ese no es mi campo de mayo
el Papa nunca se detuvo
mi astilla es otra
martes, 2 de septiembre de 2008
A NY state of mind (2)
Una de las cosas imposibles en NY es poder estar en alguna parte. Para los que les cuesta quedarse en un solo lugar, NY es un gran colmo.
Dan como temblores porque hay que ir a todas partes, un zapping mental a cada cuadra, a medida que pasan los números (42, 43, 59, 82, 14, 23). Cada 50 metros cambian las ideas que van al costado como una jauría hambrienta, que sigue la pista muy de cerca, aún cuando la caminata sea en ochos, esquivando rejas del subte en las veredas.
Tratar de retener algo de esa autopista mental es imposible. Respirar hondo ese humo que sale del asfalto hasta cuando es verano, observar algo, tomar agua al menos.
Sentarse en algún escalón, pero ni las imágenes ni las ideas se detienen.
La visión en NY es borrosa, como arriba de un tren.
La ansiedad vuelve a arrastar de los tobillos y después alguien se pregunta dónde estuve y no es posible saberlo, porque se estuvo en todas partes al mismo tiempo y pasó un perro andaluz por las calles de Berlin antes de la guerra, en los ochenta donde todas las narices eran como las de Ivanna Trump, y como era verano no había tapados de visón, pero había nutrias en fotos y hasta un cachorro de antílope que había perdido a su mamá en un pueblito de Buenos Aires y en el zoológico del Central Park unos chicos daban de comer a un lobo marino.
***
Nos sentamos a la sombra, sobre el pasto. Charlamos durante horas. El tiempo pasa rápido, no hay manera de retenerlo.
You can´t always get what you want...
Empieza a lloviznar. Pintitas de colores. Y marcadores, lápices, crayones, papelitos chiquitos, como los que quedan adentro de la agujereadora. Y también grana multicolor.
El pasto del Central Park ya no es verde: es celeste, fucsia, violeta, plateado, amarillo.
But if you try sometimes, well, you might find...
No tengo fotos de eso, pero hubo un día que el pasto del Central Park fue de todos colores y alrededor, en todas partes, en el aire, las palabras se entrelazaron.
....you get what you need.
miércoles, 27 de agosto de 2008
Reflexión Retro

miércoles, 20 de agosto de 2008
Amorodios

1) La gente guarda los fósforos quemados adentro de la caja (dentro de MI caja de fósforos), junto con los que aún están rosaditos.
viernes, 15 de agosto de 2008
jueves, 14 de agosto de 2008
Tomates azules, frutillas blancas


No son las frutas y verduras que habitan la heladera de Pity de Intoxicados. Ni engendros de laboratorio. Tampoco se trata de que ande mal el technicolor.
Son así: tomates y frutillas salvajes. Desatinados, insaciables.
Crecen a los costados de la ruta de la normalidad y como todas las cosas que crecen en la lateralidad, son así, un disparate.
Gracias Mr. Wrong.
martes, 12 de agosto de 2008
"El pibe la rompe"

jueves, 7 de agosto de 2008
callo sin coraza
ella tenía agua en el oído
la pierna del amor protegida en una bota
nuestra amiga llegó resfriada desde las puertas del centro comercial
la calma de su pelo rubio en los gestos de madre
el amor protegido en la belleza de esa niña
que juega en casa con caballos de madera
mientras el padre prepara el asado
ella tenía un palo seco enterrado
en tierra arcillosa llena de piedras
caña de azúcar seca al sol
el frío nos daba en las costillas
y nuestra amiga tosía años de dolor convertidos
en vaya a saber qué pócima secreta
la prosa y la niña
día de sol en este invierno de centro comercial
la curva del relato se hamaca
en el metal de las escaleras mecánicas
subimos hacia el reparo de la multitud
presos del agua que nos invade
¿será el mismo líquido mutado
en edades y sexos
el pulóver tejido por abuelas?
¿será el hilo que cose la tela
el agua de esta gente potable inimputable?
¿una escuela de niños rayando autos
y golpeando maestras
filmados para youtube
fotolog de niñas eróticamente disociadas en esa boca entreabierta
los guantes amarillos llenos de caca y de sangre?
subimos en agua clara
los tres
algo se trama en el silencio
y en el alboroto de palabras con que las mareo
víctima del reloj que se deshace
del dibujo del cerebro copiado con papel se seda
lunes, 4 de agosto de 2008

Después otro parque, (Chapultepec, era como en un cerro y había nubes de azúcar de colores chillones), el Quijote tiene la mirada desenfocada, hay demasiada información: los colores, sobre todo. La gente, los carritos con golosinas y frutas indescifrables, el tumulto.
lunes, 28 de julio de 2008
Hoy lunes...
miércoles, 23 de julio de 2008
Presentación de la antología Uno a Uno

El evento es en "Eterna Cadencia", Honduras 5574 y es gratis.
lunes, 21 de julio de 2008
Desbarranking suit

Dialoguitos
Muppet S dice:
bueno, es como evangelina anderson, digamos
Muppet M dice:
qué linda que es esa chica, por dio
Muppet S dice:
re
Muppet S dice:
es un gato
Muppet M dice: obvio
Muppet S dice:
pero un gato lindo. Como pamela david pero con más lomo.
Muppet M dice:
más linda que pamela david. Y no puede tener ese culo
Muppet S dice:
yo le tocaría el culo
martes, 15 de julio de 2008
Mañana

jueves, 10 de julio de 2008
Tipititapitipum

Una de mis compañeras de trabajo es buena, pero no la soporto. Detesto el tono que usa cuando habla por teléfono y habla por teléfono el 80% de su tiempo. Y toma un brebaje que revuelve cada 3 segundos. O se enoja y se queja (también, el 80% de su tiempo) y como es inglesa putea en londinense y grita "ooouuu noooouuu" y yo me contengo para no hacerle burla (a veces, cuando nadie me ve, le saco la lengua).
Hay gente que declama obviedades como grandes revelaciones y que cree que ser sensible todo el tiempo es sinónimo de algo que estaría bien. A mí me hace un ruido tremendo, pero prefiero fingir asombro. A veces es más fácil que explicar cosas.
Por momentos creo que está mal ser así, que está mal querer dar mil patadas justicieras a cualquier imbécil. Que todo el mundo debería caerme bien porque de lo contrario terminaré comprobando que soy una energúmena.
Y entonces trato de refutar que soy una intolerante. Y entonces me obligo a tragarme personajes pedorros, a reprimir el zarpazo con el que le cruzaría la cara a más de uno, nublo un poco la vista para que ciertas cosas dejen der ser tan notorias.
El otro día compré por internet (a veces lo hago, no me gusta empujar el changuito en el super, tienen las ruedas torcidas y me convierto en mala onda. Una vez una señora me pidió si podía cargar el monto de mi compra a su discoplus -yo no tengo discoplus- y le dije que no porque no se me cantó la gana. Ahora siento tanta culpa que ofrezco que todos carguen su discoplus y absorban la plusvalía de todos en sus tarjetitas). Bueno, compré por internet y, entre otras cosas, compré dos calabazas. Duran mucho, quedan lindas puestas ahí en mi changuito al lado de la heladera, entre las cebollas y los ajos. Y, sobre todo, duran mucho. Pero me trajeron una que más que de jardín, esta ya iba al primario.
sábado, 21 de junio de 2008
Necrológicas

Y llegó el día en que me engripé tanto que creo que me morí.
Tras incubar vaya a saber qué cosa inoculada en algún tiempo que desconozco, caí semi inconsciente del agotamiento y no me levanté sino hasta casi 5 días después. No podía leer, ni ver tele, ni sostener ninguna conversación con las personas que me venían a ver, hubo quien incluso me instaló wi fi para que yo pueda navegar desde la cama (y así es como se ganó un lugar en mi corazón).
Tuve tanta fiebre que deliré hasta convertirme en una especie de Linda Blair o en algo parecido a un medium que dialoga con los muertitos, Michael Jackson bailando Thriller, yo desde la cama hacía así con las manitos, mientras de la nada se abrieron los sarcófagos de los ex files que se enteraron lo del wi fi y con la excusa de visitarme vinieron a asustarme en patota: los prehistóricos, los antiguos, los que revivieron, los que nunca se fueron, los que nunca volvieron, los nuevos, los que serán ex, los que nunca se sabe, los que vuelven a ser, los que nunca serán... Bailen, bailen, desplieguen su aroma a Tánger, recuerdos en descomposición. Vamos, muestren su gracia.
Fiambre, momia, cadáver, esqueleto de placard... Todos iban a parar a la fosa. No importó si había sido de muerte natural, enfermedad, se suicidaron o yo los maté, bye, se van, juiiira luz mala. Palada de tierra.
Hasta que le llegó el turno y no supe que hacer. Tenía pulso, estaba agonizante, muy parecido a mí en estado gripal. Casi que me pedía el rifle sanitario, me miraba con esos ojitos. Pero no tuve el valor. Y también sentí miedo: de que se convirtiera en zombie y me aceche en alguna esquina inesperada de la ciudad, en una cornisa, detrás de una puerta, ahí en el vértice donde dicen que se amontona lo que no fluye.
Intenté respiración boca a boca, abrazarlo para darle calor, hablarle para que no se desmaye, masajes en el corazón... No había grandes signos vitales, pero los ojos todavía le brillaban mucho, y me miraban como si yo fuera inalcanzable, como si él no pudiera alcanzarme cuando era tan fácil todo, no había que hacer nada.
No supe qué hacer con él, como él tampoco nunca supo que hacer conmigo. De pronto me subió más la fiebre. Tiritando, fui a buscar hielo y ahí se me ocurrió, entre la carne picada y las presas de pollo: entraba justito.
Tal vez se quede ahí como Walt Disney, un mito eterno. Tal vez un día haya razones para descongelarlo, aunque más no sea para comprobar la fecha de vencimiento. O en una de esas, cuando vuelva el calorcito, se convierta en un helado de turrón de chocolate que volverá a derretirse mientras yo también me derrito mientras sucede la combustión espontánea que consume todo alrededor.
miércoles, 4 de junio de 2008
La piñata del rock'n rollnn
Muppet M: si no fuera tan drogón me casaría.
Muppet S: No es drogón.
Muppet M: entonces es oficial, me caso.
Cambio climático

No es ninguna novedad: a la mañana está templado y al mediodía cae una lluvia ácida en forma de toneladas de limones.Lo impredecible de todo se vuelve más evidente con esta inestabilidad. Y yo me vuelvo más inestable, vulnerable, una hojita al viento como Forrest Gump, una caja de bombones donde nunca se sabe qué vendrá después.
Salgo en manga corta y mi día sigue de largo y se hace de noche y entonces de la nada hace bajo cero. Y por eso entro ahí, a cualquier lugar y le digo: "tengo frío, dame algo". Y entonces me da lo que necesito (algo de lana, lo que sea).
miércoles, 28 de mayo de 2008
Lo que yo digo
Lo yo que digo es que nada puedo
decir
acerca del motor ese que tenemos
entre la astucia y el amor
nada que no sea aceite para el motor
agua fría que levante el vapor
sábana vieja para envolverlo
Lo yo que digo es que siempre tira más
la pendiente
que la llanura
le diría a Él que haga como hizo su homónimo
y agarre su moto y se vaya bien lejos
que haga con su moto diez vueltas alrededor
laberinto espiral
estando cerca pero estando lejos
pero no es nada lo yo que digo
cuando lo que late es el motor
Habría que saber si lo que tira
en uno es lo limpio que está el otro
pero para eso, querida amiga,
habría que desarmar el motor
y para eso usted ya tendrá su mecánico
autorizado y matriculado
Lo único yo que digo
es que en lo posible habría que darle una chance
sólo si despierta algo en vos
y si no dejarlo partir
sin fortalecer la antinomia
como único elemento de combustión
pues si hay un sucio y un limpito
también hay,
se lo garantizo,
varios que se ensucian y se limpian
con igual elegancia
en el equilibrio de lo ferpecto
aceite que a veces desestabiliza todo
y si no qué otra cosa es el amor.
miércoles, 21 de mayo de 2008

Y lo que más tristeza me da es el trámite de pasar la ropa de una temporada y guardar la otra. Eso es algo que empecé a hacer hace poco, me parecía como anticuado eso de tener ropa “de invierno” y “de verano”. Pero por algún motivo empecé a hacer eso de embolsar cosas, desembolsar otras, estornudar hasta la asfixia y deshacerme de lo que ya no voy a usar (mi parte preferida).
Así que mientras moví cosas de lugar, se me ocurrió contar cuántos pares de cosas tengo y descubrí los siguientes porcentajes:
Ojotas: 7%
Sandalias que no uso: 4%
Sandalias que sí uso: 11%
Chatitas: 25%
Chatitas que no uso: 9%
Zapatos de taco-taco: 11%
Botas: 16%
Botas para -40 grados: 2%
Botas de lluvia que aún no me animo a usar: 2%
Zapatillas: 9%
Patines: 2%
Mientras hacía el inventario me sentí culpable: mi cabeza no estaba ahí con ellos, sino imaginando otros zapatos, otro matiz en mi repiqueteo contra la vereda, una noche después de cenar. Unos tacos negros de Mishka de los que me enamoré sin siquiera probármelos. Porque sé que si lo hago no me los voy a querer sacar nunca, nunca, nunca más. Y son incomprables.
Así que se aceptan colaboraciones o alguien que, en caso de vandalismo romántico, rompa el vidrio y me los traiga.
viernes, 16 de mayo de 2008
Me encantan los paréntesis.La disgresión o regresión(depende como se mire o
lo que suceda dentro de un
paréntesis).Cualquier cosa puede sucederAfuera hay
una
lógica
estructura
narrativa
cadencia
mentalEn un paréntesis hay ruido desconexión
una parte que se olvida del todoodeprontoseacuerday
lo pone entre paréntesis.
domingo, 11 de mayo de 2008
Llamado a la solidaridad

OK, existen ciertos personajes (que no vamos a revelar la identidad) que confesaron fantasear con arrancarle el saco cuello mao con vivos andinos a Evo Morales, meterle las manos debajo el sweatercito y despeinarle la brillante cabellera a dos aguas. Pero esa clase de exabruptos a veces suceden (después de todo, Carla Bruni está con "pantalones encima del ombligo" Sarkozy).
martes, 6 de mayo de 2008
Zapato roto

No se lo puedo perdonar. Se las dio a OTRA. OTRA se quedó con lo que era MÍO. MIS sandalias. Negras, con una tira al tobillo y una forma medio rara que cubría el pie y que siempre cosechaba elogios. Lo peor, es que ni siquiera eran mías. Fue una permuta de verano: yo iba a salir con un chico que se merecía un buen par de sandalias y justo mi amiga pasó por casa a pedirme un vestido. "A cambio de tus sandalias," le dije. No la dejé irse descalza: le di mi mejor par (mi amiga tampoco se merecía menos) que no iban con lo que pensaba usar.
Pasó el tiempo y me fui encariñando, terminado el verano iba a iniciar el trámite de adopción permanente y para tal fin se me ocurrió mandar a limpiarlas y ahí fue cuando sucedió la tragedia.
El otro día volví a reclamarlas. Aunque con culpa. Me acodé en el mostrador sin decir nada, él insistió en pagarlas, me dio pena. Le dije que mis palabras hirientes habían sido un arrebato, eso de que otro embetunaría mis botas y pondría sopapitas a mis tacos y que lo de cambiarme las punteras ya era parte de nuestro pasado, todo era producto de mi enojo.
"Nos vemos, linda. Volvé cuando quieras," fue nuestro último recuerdo. Lo nuestro ya era tan irreversible como un zapato.
La maldición del Topo Gigio

Aunque me cubriera con la almohada, tratara de cantar otra melodía que anulara la maldición de ese títere macabro o durmiera con radio, nada extinguía el mensaje subliminal instalado en el oído medio que atentaba contra mi equilibrio mental.
La lucha contra el fantasma auditivo me entrenó para descifrar los sonidos de la noche y así es como desarrollé un oído casi perruno y puedo escuchar dos conversaciones a la vez (siempre dije que por algo tenía dos orejas, por suerte no deformes como las del topo ese). Pero toda bendición se convierte tarde o temprano en maldición, porque siempre escuché todo, todo el tiempo sin poder poner off (y por eso me desconcentro fácilmente). Y es así como estoy al tanto de los vaivenes de mis vecinos (que hace mucho que ya no se quieren), puedo escuchar timbres a una distancia asombrosa aunque haya ruido excesivo (lo único que no escucho jamás es mi celular), si bien soy incapaz de tocar cualquier instrumento (pero eso es porque no puedo maniobrar objetos: lápices, cámaras, guitarras...), sé perfectamente si un instrumento está afinado, no me va mal con las pronunciaciones de cualquier idioma aunque no lo hable, puedo bailar, descifro sin problemas el cuchicheo de mis compañeros de trabajo y me altera cualquier decibel que supere lo aceptable (detesto con violencia a la gente que habla a los gritos, más si es por celular en un lugar público).
Pero escuchar tanto matiz resulta agotador. No sé si será por esta cualidad auditiva (todo tiene que ver con todo) pero también desarrollé un muy buen olfato (algo de perra debo tener) y con esa combinación un día descubrí que también puedo escuchar lo que no se dice (no, no escucho voces. Todo sucede en la realidad).
Debe ser por eso que me encanta el agua. Sumergir las orejas y que por fin se distorsione tanta claridad y que todo se vuelva un poco onírico, pero sin dormirme del todo.
miércoles, 30 de abril de 2008
Casas

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Hasta que se mudó sola, a los veintisiete años, mi amiga vivió siempre en el mismo edificio de cuatro ambientes de la calle Santa Fe. Yo, que a los diez ya había vivido en una casa, seis departamentos y tres países, imaginaba lo aburrido que debía ser mirar durante casi treinta años la misma pared en la pieza y, en el pasillo, las mismas puertas de la pieza del hermano, el cuarto de los padres, las mismas caras de un matrimonio de más de cuarenta años.
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Mi amigo Andrés revisa entre sus libros hasta encontrar el vale por un viaje en teleférico que ganamos en aquella carrera de embolsados. Se pregunta qué pasaría si volviera veinte años después a cobrarse su premio. El problema, digo yo, es que allá sólo tenés un viaje en teleférico y acá tenés todo.
viernes, 25 de abril de 2008
Final del juego

Tampoco es que ya estoy lista para ir a los semáforos ni me van a contratar para el Cirque du Soleil, pero digamos que un poco me sale.
Y si "ganás" ¿a quién le ganaste?
martes, 22 de abril de 2008
¡Hoy es mi cumpleaños!

…soy una caja de sorpresas?
…soy una persona abierta y dispuesta a llenarse del conocimiento de los demás?
o
… que soy cuadrada y vacía?
Je.
Me encanta cumplir años.
jueves, 17 de abril de 2008
Hoy almorcé con mi amigo N. Estaba enojado, dolido (se indigna cuando se angustia, pero nunca lo reconoce). Se quejaba de que su chica no le quiere cambiar las cláusulas de liviandad. Eso derivó a una teoría bastante interesante acerca del chongaje, todo sea para evitar escucharme decir eso que no quiere escuchar (porqué no vas de frente en vez de dejar que todo se diluya, etc.) pero sé que hay momentos en que es mejor callar, profundizar en las teorías abstractas y usar el tiempo en criticar el elemento del comedero de las Galerías Pacífico.
Eso es hasta que él se cansa o se dispersa y entonces me pregunta cosas y no tengo más remedio que contarle que el reloj de los viajeros del tiempo me trajo al presente una Era lejana de mi vida y que estuve muy cerca de tirarme de bomba a la confusión. Las risotadas (el absurdo de mis dudas) me ayudaron a volver a la realidad y cuando salimos de ahí la nube tóxica de ayer, que había enrarecido mucho más que el aire, se había dispersado por completo.
miércoles, 16 de abril de 2008
Viajeros del Tiempo

Anoche me apareció un mapamundi en versión satelital, azul intenso con nubes blancas, ambos polos eran visibles al mismo tiempo.
Mientras lo contemplaba, una ola descomunal me transportó desde Hawaii hasta algún lugar de Europa del Este (probablemente Bulgaria) donde aterricé como un meteorito dentro del agua.
Sentí miedo de hablar con los lugareños porque no les entendía y porque pensaba que me iban a deportar al descubrir que yo no era de ahí. Pero resultaron muy amables, me hablaron en inglés y querían saber quién era yo, pero yo no me acordaba quién era. Tal vez por eso me tomaron las huellas digitales, pero yo no tenía ninguna.
Después descubrí que en realidad estaba en algún lugar de Francia y esta gente me explicaba cómo hacer la conexión de trenes para salir de ahí, llegar a Paris, recuperar mi pasaporte y al fin volver a casa.